Fuentes municipales señalaron ayer que la colocación de las vallas es una medida de prevención para los usuarios que utilizan todos los días este lugar a la entrada del parque Grande José Antonio Labordeta.

Se emitió una orden por parte de Urbanismo para evitar más accidentes como el que sucedió el pasado lunes. Un hombre de 70 años falleció al mediodía cuando estaba sentado en la balaustrada mientras esperaba a un amigo para dar un paseo y cuando estaba saludándole cayó de espaldas al río Huerva, según fuentes policiales. Es la segunda muerte accidental registrada en ese lugar desde 2012.

Asimismo, el jefe de obras del área de Urbanismo ha trasladado la medida adoptada al departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón para que adopte alguna decisión en la próxima reunión de la comisión provincial.

Una de las medidas que se pueden solicitar es subir la altura de la balaustrada porque no protege a un adolescente o una persona adulta y provoca riesgo.

De cualquier manera, el Ayuntamiento barajó también colocar un cartel de aviso o prohibición para que los vecinos no cayeran en el mismo lugar que el fallecido el lunes o el menor de 15 años que murió en 2012.

Cuando sucedió el accidente mortal del adolescente, los Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza ya solicitaron la posibilidad de modificar la barandilla, pero los responsables de Patrimonio impidieron que se pueda adoptar cualquier modificación del puente al tratarse de un Bien de Interés Cultural.

El rescate del fallecido de esta semana fue complicado porque la zona está con abundante vegetación y los escaladores de los Bomberos detectaron enseguida el cuerpo, pero para sacarlo tuvieron que utilizar una autogrúa. Permite que se traslade una camilla donde se colocó al fallecido y un bombero al lado para evitar que se produzca ningún siniestro en el transporte del mismo.