"Siempre he querido ser padre y no hubiera podido estar con mi hija solo el fin de semana"

Pedro y su ex-pareja siempre tuvieron claro que si se separaban, la custodia sería compartida.

Hace unos tres años, Pedro -nombre ficticio- y su pareja decidieron separarse, sin embargo, la hija común que les une ha sido el motivo principal para que, en su educación y cuidado, estén más unidos que nunca. "Nosotros siempre tuvimos claro que si algún día decidíamos separarnos, íbamos a tener una custodia compartida", explica Pedro. 


Esta decisión la tomaron debido a que no querían que la pequeña se viera más afectada de lo debido después de la separación de sus padres. "Bastante sufren los hijos con los divorcios como para llevarlos a abogados o juicios para luchar por su custodia", subraya.


Para poder llevar a cabo la custodia compartida han tenido que adaptar sus horarios laborales a las actividades de la niña y tener un contacto diario. "Siempre he querido ser padre por eso nunca hubiera podido estar con ella solo dos fines de semana al mes", subraya.


De este modo, como Pedro trabaja la mayoría de los fines de semana, se dividen la semana en dos partes: él se queda con la pequeña desde el lunes hasta el miércoles o jueves y ella, el resto de días. Así, intentan dar la mayor estabilidad posible a su hija, "pero si tenemos cualquier compromiso laboral, no hay ningún problema para cambiarlo".


Al principio, para evitar que se descolocara sobre si era papá o mamá el que la iba a buscar al colegio, sus progenitores decidieron elaborar un 'planing' de actividades. "Estaba en las dos casas y en él se especificaba qué día iba uno y otro, con quién pasaba la tarde... y así hasta que creció", subraya Pedro. 


En su opinión, lo importante es saber cómo llevar la custodia compartida. "Hay padres que tienen luchas indirectas por el cariño de sus hijos a través de regalos o desautorizaciones al otro progenitor, nosotros intentamos que eso no ocurra", explica. En su caso, su hija sigue las mimas reglas, rutinas y horarios en ambas casas, "de este modo, intentamos que sea lo más parecido a una convivencia normal". 


Además, cuando se trata de comprar regalos de cumpleaños a su hija también lo tiene claro. "Todo, sea un regalo o los unas zapatillas de deporte que necesita para ir al colegio, se lo compramos entre los dos", señala. 


De momento, parece que su "fórmula" está teniendo éxito. "Por suerte, nuestra hija no considera que haya vivido una situación rara o que algo estuviera mal, además, los profesores tampoco han detectado ningún comportamiento diferente al de resto de niños", explica. 


Por todo ello, Pedro se muestra encantando con la decisión que tomaron cuando se separaron. "Es lo mejor para la niña y para nosotros, realmente estoy muy contento por cómo lo estamos llevando", asegura.

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