Ana S., viuda de 64 años, lleva días sufriendo con las imágenes que los medios de comunicación ofrecen del drama de los refugiados sirios vagando por Europa. "Quería hacer algo y me puse a buscar dónde ayudar. Entonces encontré las iniciativas de internet y no dudé en ofrecer mi casa", cuenta esta mujer.

Ana ha vivido media vida en Zaragoza y desde hace unos años reside en Mochales, un pequeño pueblo de Guadalajara cerca de Jaraba. "Ofrezco mi casa y mi comida para ayudar a esta gente que huye del horror. Puedo alojar a una persona o a una familia con niños. Tengo coche, puedo llevarles donde haga falta. Y a lo mejor pueden encontrar trabajo en la comarca", apunta.

"En España tenemos crisis pero no es comparable con lo que está viviendo esta gente que huye de la guerra. Creo que entre todos podemos ayudarles. Mi hija, que vive en Zaragoza, también quiere colaborar", señala.

Ana recuerda que en la guerra de Vietnam también ofreció su casa de Zaragoza para acoger a niños huérfanos. "Contacté con gente que buscaba viviendas de acogida, pero finalmente no vinieron", explica.