Popovic se reencuentra con su feliz pasado
El partido contra el Almería no será un frío trámite para el técnico zaragocista. El serbio sigue siendo recordado en la ciudad andaluza por su paso como futbolista.
"Ranko sigue siendo un ídolo en Almería. Si les preguntas a los aficionados por los mejores jugadores del equipo en los 90, Popovic siempre es uno de los nombres citados. Dejó huella en el campo y fuera de él. Es un cariño que se ganó a pulso porque se integró desde el primer minuto que aterrizó en la ciudad. ¡Si hasta tiene deje almeriense!", relata Tony Fernández, veterano periodista de la Cadena Ser y de La Voz de Almería que fue testigo y cronista de esta historia.
No le nubla la amistad que labró y que mantiene con el balcánico. Corrobora y amplía lo apuntado Jorge Peralta, centrocampista de la tierra que compartió vestuario y aventuras con Popovic. "Nos impresionó desde el primer día que se incorporó a la pretemporada. Vino hecho un toro en el aspecto físico. Yno tardó en comunicarse en castellano, pese a que su carrera sólo había pasado por Yugoslavia y Grecia. Entró como un guante en el club y en la afición. Siempre estaba a disposición de la causa que fuera necesaria. Si un hospital infantil pedía que los jugadores visitáramos a los niños enfermos, el primero siempre era Ranko. Era una persona generosa y muy positiva. Aunque a veces la procesión fuera por dentro, no le faltaba jamás una sonrisa", rememora este exfutbolista que hoy trabaja como policía local en la localidad almeriense. "No todos pueden hacerse ricos con el fútbol", apostilla con humor.
Las versiones vuelven a coincidir. "Popovic caló muy hondo porque se lo mereció. Se desvivía por asistir a los actos de todas las peñas del club. A algunos jugadores eso les da pereza, pero a él no. Mimaba a la afición. Le encantaba agradecer el apoyo al fondo del viejo estadio", complementa Tony Fernández. Revelada la versión humana del preparador zaragocista, es el turno de la estrictamente futbolística. Sus actitudes y comportamientos ayudan a comprender su actividad en los banquillos.
"Era un defensa contundente, con un gran poderío y que iba fantásticamente al cruce. El saque del balón no era su fuerte, en eso hubiera sufrido si jugara hoy en día. La mejor forma de definir a Ranko es decir que era un hombre de equipo. Su actitud era proactiva, fuera titular o suplente. No ponía ninguna mala cara, arrimaba el hombro por el bien del colectivo", apunta Peralta. Y remata: "En los entrenamientos era una bestia. No escatimaba esfuerzos. Nunca se escondía. Se cuidaba al máximo. De hecho, ahora sigue en forma".
La etapa almeriense del serbio escribió dos capítulos antagónicos. En el primer ejercicio (1995-1996) se firmó una agónica permanencia en Segunda División sellada en el Santiago Bernabéu. En la segunda campaña se consumó el descenso a la tercera categoría del fútbol español. Un descalabro que desencadenó la partida de Popovic con destino al Sturm Graz austríaco.
"Marchó a Austria y posteriormente fue entrenador en Japón y en Serbia. Pero la lejanía no hizo que se olvidara de Almería. Ha declarado muchas veces que no quiere morirse sin entrenar algún día al Almería. Le deseamos muchos éxitos con el Real Zaragoza y que algún día cumpla su deseo", concluye Fernández.