Cummings, veterano excorredor de pista de 34 años, voló por el aeródromo de Mende y aterrizó en meta como vencedor. Pasó a la historia de manera inmediata. Los equipos africanos ya ganan en el Tour, y en una fecha de recuerdo para el exactivista del apartheid y líder de Sudáfrica de 1994 a 1999. Otro presidente, el francés François Hollande, también vivió en directo la hazaña de Cummings, que dejó con la miel en los labios a dos compatriotas: Thibaut Pinot y Romain Bardet.

Ajenos al día glorioso del británico, los favoritos iban a la gresca. Froome, que aguantó los ataques de Quintana, ejerció de líder y arrancó al colombiano en un cara a cara para sacarle un "segundito". Un golpe de orgullo. Nadie le sacó de sus casillas, ni siquiera el espectador gamberro que le arrojó orina desde la cuneta. "Es inaceptable. Trabajamos muy duro para llegar aquí y estas actitudes sobran en este deporte. La culpa es de unos reportajes irresponsables que se han publicado este año y que han levantado sospechas", dijo el líder.

Mende siempre aporta días para el recuerdo. En la cima que estrenó Jalabert en 1995 y que conquistó Purito en 2010 salieron a escena los gallos de la general y llegaron los cambios. Se le echó de menos al catalán, cansado después de su hazaña en Plateau de Beille. Fue Quintana, empeñado en jugar sus cartas rebeldes, quien rompió el orden con un despegue a 3,5 de meta. El jefe de filas del Movistar no pudo con Froome, pero sí con el estadounidense Van Garderen, a quien endosó 40 segundos y le quitó el segundo puesto de la general. De momento iguala el puesto de 2013. ¿Una amenaza para el líder?. Queda terreno y grandes etapas y el boyacense no se rinde.

La pelea que dio vida a la decimocuarta etapa se vivió en la subida de 3 kilómetros al 10 por ciento que daba paso a una gran recta en el aeródromo de Mende. En ella Valverde salvó los muebles y a su vez plantó a Contador cuando el madrileño iba en apuros. El de Pinto se dejó otros 19 segundos. El duelo entre Quintana y Froome camino de los Alpes quedó claro. El duelo entre Chris Froome y Nairo Quintana fue la causa del pequeño paso atrás de los dos españoles, que se alejan a más de 4 minutos. Pero ninguno se rinde. El perdedor de la jornada fue Van Garderen, incapaz de seguir el ritmo de los mejores en las rampas más complicadas. Nibali, que sigue en caída libre, volvió a su pena, lo que ya no es noticia, por habitual.

Otra jornada calurosa por el Macizo Central, a más de 30 grados. pronto se formó una escapada de 20 corredores que iban a jugarse la victoria con permiso de un pelotón, que firmó la paz hasta la subida de Mende. El grupo se fue reduciendo a medida que entraba la carrera en las pequeñas cotas cercanas a meta. El polaco Golas y el checo Koren fueron los primeros en despegarse del grupo aventurero, pero Bardet les echó el guante a 3 de meta. Al joven valor del Ag2r se le unió Thibaut Pinot, tercero en el podio de 2014.

La jornada estuvo marcada también por la expulsión del ciclista argentino Eduardo Sepúlveda (AG2R) del Tour de Francia, después de que se subiera brevemente en el coche del equipo Bretagne Seché tras sufrir una avería mecánica. El coche de su equipo no le vio al pasar y solo se dio cuenta 100 metros más adelante. Sepúlveda, presa del pánico, se subió al coche del AG2R para llegar al punto donde estaba el vehículo del Bretagne, algo que impide el reglamento.

La decimoquinta etapa entre Mende y Valence sale del Macizo Central y da un paso hacia los Alpes, con un recorrido de 183 kilómetros que pueden aprovechar los velocistas que todavía tengan fuerzas a estas alturas de la carrera. Para los grandes, transición. En teoría, claro.