Los niños se atreven con el encierro
El día estuvo cargado de espectáculos y talleres destinados a los más pequeños. Por tercer año consecutivo, los toros de carretilla recorrieron las calles turolenses.
Antes de comenzar, muchos fueron los que se acercaron a los corrales de la Nevera para observar las características de los toros que después iban a correr. Con el pañuelo atado al cuello y periódico enrollado en mano, cantaron la canción tradicional de los San Fermines. Aunque ellos no buscaron la protección del patrón de Pamplona, sino el de su ciudad: San Fernando.
Y tras el chupinazo, comenzó la carrera por la calle del Tozal para terminar en la Plaza del Torico. Los más mayores se atrevían a correr solos delante de los astados, pero los pequeños preferían ir agarrados de la mano de sus padres. Las cogidas fueron inevitables porque la calle estaba repleta de gente.
En la plaza más famosa de la ciudad, esos mismos toros sirvieron para celebrar un concurso de recortadores en los que los protagonistas iban a ser también, los niños. Allí, padres y abuelos formaron un corro para simular el redondel de la plaza y disfrutar del arte de sus pequeños. "Venimos todos los años porque a mi chico le gustan los toros y esta es una manera de formarlos en la fiesta sin peligro", explicó José Antonio Añó, que acudió al acto junto con amigos.
Antes de comenzar el concurso, el animador explicó los tipos de recortes que existen para que los niños eligieran uno con el que enfrentarse al astado. Fernando Sanz, uno de los pequeños que acudió al acto, se decidió por el salto del ángel, que consiste en elevarse por encima del toro. Aunque para realizar el recorte tuvo que contar con la ayuda de los organizadores, que lo auparon por encima del falso animal. "Venimos ya el año pasado y al chiquillo le gustan tanto los toros que quería volver", explicaba su abuela, Teresa Giménez.
Durante los juegos, los pequeños obtenían una pieza de un puzzle por cada prueba que superaban y al unir los fragmentos podían leer un mensaje de respeto. Además los chavales construyeron su propia fuente del Torico con cartulinas y un canuto de papel higiénico. La manualidad estaba realizada con todo detalle porque hasta le colocaron el pañuelico.
Por la tarde, los más pequeños también pudieron disfrutar de un pasacalles infantil. Con una temática dedicada al mundo de los duendes, los niños bailaron con las marionetas al ritmo de la música. Además también pudieron participar en un torneo de fútbol y otro de ajedrez, aunque en este los adultos también podían jugar.