"El gesto más inteligente de un egoísta es ser solidario"

Galo Bilbao. Profesor de Ética en la Universidad de Deusto.

Bilbao, fotografiado durante su reciente visita a Zaragoza.
Bilbao, fotografiado durante su reciente visita a Zaragoza.
Asier Alcorta

Vino a Zaragoza a hablar de ética en el trabajo. Ya tiene humor usted...

Pues sí. Pero precisamente en estos tiempos que corren hace falta hablar de ello. A veces da la sensación de que se habla de ética en el trabajo porque se da por supuesta. Y eso es un problema.


¿No se consigue mucho más cuando se pisa al compañero?

A corto plazo, sí. A largo, seguro que no. El gesto más inteligente de un egoísta es ser solidario.


¿Qué es la ética laboral? ¿Poner límites?

En primer lugar, ser capaz de hacer bien lo que nos toca hacer. Y creo que hemos perdido las ganas por hacer bien las cosas. En casa se nota enseguida quién ha recogido la cocina y quién ha recogido bien la cocina. La diferencia es muy pequeña, pero se nota mucho. Eso está pasando en el trabajo.


La profesión va por dentro. Y por fuera, ¿qué va?

Que la profesión va por dentro quiere decir que es algo que nos constituye, que nos hace personas. Y, por tanto, es algo que también tiene que ir por fuera, que debemos hacer aflorar a pesar de las dificultades.


¿Y esto es posible hoy o sus teorías son un poco utópicas?

Precisamente hoy o tenemos claro que tenemos que darle un sentido a nuestro trabajo o no hay otra manera. Hay gente que odia su trabajo, gente que cumple con él, gente a la que le gusta lo que hace y gente que hace lo que le gusta. Ojalá estuviéramos todos en estas dos últimas opciones.


El fracaso profesional, ¿es cuestión de actitud o de aptitud?

Casi siempre, de suerte. Y es una suerte fracasar para aprender. A los que consideramos triunfadores suelen ser aquellos capaces de bandearse en el éxito y en el fracaso. Creo que fue Wilde quien dijo que las dos grandes tragedias de esta vida son no alcanzar nuestros deseos o que se cumplan. Y la segunda es peor que la primera.


Y ¿cómo ganar una operación triunfo laboral?

Lo primero, olvidándonos de operaciones triunfo, de éxitos rápidos. A la larga, el que está a gusto con lo que hace, aunque aparentemente no triunfe, se siente bien. La felicidad en el trabajo te aporta felicidad en la vida. Y viceversa. Ahí radica en realidad el éxito.


Usted es profesor de ética. ¿Ahora tiene que enseñarla más que nunca?

Yo enseño ética profesional desde hace 20 años y, la verdad, ahora lo tengo más fácil. Ahora se me entiende mejor y se descubre más fácilmente que no es tan rentable comportarse de forma inadecuada.


También habla y es experto en ética política. ¿Por qué parecen antónimas esas dos palabras?

No acabo de entenderlo. Porque desde Aristóteles, la ética no es sino un capítulo previo a la política. Una es la continuación de la otra y las dos forman parte de la vida práctica.


Durante años ha trabajado en educación para la paz. ¿Todavía queda mucho que trabajar en la materia en el País Vasco?

Todavía. Y queda posiblemente lo más importante. Una vez que desaparece la violencia evidente, quedan posos educativos, culturales y de valores que durante años habrá que trabajar para extraerlos y conformar una sociedad que viva no a partir de la violencia, sino ya desde la convivencia.


Ha escrito sobre paz y justicia. ¿Puede existir lo uno sin lo otro?

No puede existir paz sin justicia y no puede existir justicia sin misericordia. Así que a ver cómo lo hacemos...


¿Qué le da paz a usted?

A mí me da paz, aunque suene pretencioso, mi fe. Y todo aquello que me posibilita dar sentido a lo que veo: mi familia, los amigos...

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