Un día se desbocaron varios caballos en el Rocío al lado de Marujita Díaz, que llevaba un tablón homérico. De pronto, se puso a gritar: "¡Tulsa, ciudad sin ley!". Porque Marujita Díaz era muy graciosa. Incluso cuando no se acompañaba de la música del Pájaro Loco, la nariz de payaso o ponía los ojos a hacer horas extraordinarias en movimientos circulares. Marujita era tan graciosa como las glorias de su estirpe que quedan. Mucho más. Me refiero a Nati Mistral y Paca Rico (en la vida privada, Lina Morgan siempre ha sido menos graciosa). La diferencia con todas ellas es que, en los últimos años, Díaz se prestó a la chufla televisiva. También lo hizo su amiga Sara Montiel. En 2006, ambas se enfrentaron en Salsa rosa. El presunto pique venía de que Sara no la había invitado a su boda con Tony Hernández. "Se me pasó", se excusó la Montiel displicente. También miró a Maru, como la llamaba, de arriba abajo y le soltó: "¿Te has dejado alguna alhaja en tu casa?". Porque de Marujita tan conocidas eran sus joyas como sus uñas de los pies, que parecían las de Faemino y Cansado. Las uñas fueron un accesorio con el que se solían recrear en Sálvame. Pero Marujita había sido algo más que esa extravagancia tardía de gafas enormes que importó a Dinio.
Mejor cantante que actriz
Murió en Madrid, tras dos días ingresada en una clínica (tenía un cáncer de colon, aunque se vanagloriaba de haberlo superado). Había sido mejor cantante que actriz.
Cantante de todo. Zarzuela, revista, copla, tango, cuplé
Soldadito español y Banderita son dos canciones tan ligadas a ella como My way a Sinatra. Cantó en un teatro con 6 años y a los 16 hizo con Toni Leblanc La cigarra. Repetiría con el actor en El pescador de coplas (1954), en la que también intervenían Antonio Molina y Vicente Parra. De 1957 es Polvorilla, de Florián Rey. Uno de sus últimos papeles (hacía de sí misma) fue en
la serie Truhanes (1993). En 2007 intervino en Morancos 007.
Marujita, cuyo nombre completo era María del Dulce Nombre Díaz Ruiz, fue un personaje de la cultura popular española de los años 50 y 60 a la altura, al menos en fama, de la gran Lola Flores y de Carmen Sevilla. En el legendario pero ridículo partido de folclóricas contra finolis era de las primeras (como Lola o Rocío Jurado). Entre las finolis se alinearon Encarnita Polo o Luciana Wolf. Las folclóricas, tan objeto de injusta risa a veces, fueron las mujeres más libres del franquismo. ¿Quién disfrutó la vida de Lola Flores? ¿Qué otras mujeres gastaron varios maridos salvo Marujita y Sara Montiel? Maruja estuvo casada con Espartaco Santoni y con Antonio Gades. Fueron mujeres libres que viniendo de orígenes humildes tuvieron vidas fabulosas, manteniéndose a una distancia gozosa de la represión del régimen. Aunque luego fueran a La Granja a cumplimentar al dictador.
