"La empresa mejora, pero preocupa su tasa de natalidad"

Emilio Ontiveros Catedrático de Economía de la Empresa de la Autónoma de Madrid.

Habló en Zaragoza de ‘Recuperación: fortalezas y debilidades’. ¡Qué bien, tenemos fortalezas!

¡Sí! Llama la atención que, aunque la recuperación sea un hecho estadísticamente, la percepción mayoritaria está marcada por la duda.


Los brotes verdes, ¿son un pequeño cactus aún?

La recuperación está ahí, pero impulsada por fuerzas externas con casi fecha de caducidad. Por ejemplo, la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo llega tarde, pero al menos la Eurozona está inundada de liquidez. El euro se está depreciando, lo que favorece la exportación. Esto es objetivo, pero circunstancial. Porque el BCE dice que seguirá echando liquidez desde el helicóptero hasta septiembre de 2016. Además, el precio del petróleo ha caído y eso nos beneficia. Cualquier dólar que cae en el precio del barril...


¿Es gasolina para nuestro país?

Sí, pero ¿por cuánto tiempo? Otro asunto de carácter circunstancial es el actual presupuesto en un ciclo electoral: se reducen impuestos y se aumenta el gasto público.


¿Y el empleo?

Se está creando, pero con mucha temporalidad y a tiempo parcial. El que tiene ese empleo no va corriendo a comprarse un tresillo...


Dirige Analistas Financieros Internacionales. ¿Sus análisis duelen más que los de sangre?

Tratamos de anticiparnos al comportamiento económico. Más que concretar una cifra, tratamos de entender la dinámica de los mercados y a definir su tendencia. Y también la transmitimos. Porque tenemos una escuela de finanzas.


¿Qué resultados dan sus últimos estudios?

Que la Eurozona, en general, está en una clara recuperación, pero tardía y vulnerable. Se han hecho las cosas tarde y no del todo bien: teníamos que aplicar terapias expansivas e hicimos lo contrario. Por eso algunos nubarrones no han pasado, como la identificación ciudadana con el euro.


¡Pero si lo tenemos desde 2002!

Pero no hay un entusiasmo en Europa con la unión monetaria. Y tenemos más nubes: Grecia, la amenaza del Reino Unido de hacer un referéndum sobre la UE...


Escribió ‘El ahorrador inteligente’. Pero hoy, ¿se puede ahorrar?

Poco, y se hace por precaución. Y no porque sobre la renta, sino que se contiene el consumo, ya que hoy la gente gana menos y tiene que pagar más deudas. Para que un ahorrador invierta inteligentemente necesita formación e información y con la crisis se ve que no las ha habido.


Usted es catedrático de economía de la empresa. ¿Cómo está la economía de la empresa?

Veo muchas mejoras, pero me preocupa la tasa de natalidad empresarial y que haya demasiado minifundio empresarial, que permite menos contratos e innovación. Eso sí, las pymes han hecho de la necesidad virtud, han

aumentado las exportaciones y han diversificado los destinos.


¿Y la economía de los economistas? ¿Cómo está?

Aunque muchos trabajan bien, nuestro predicamento se ha visto erosionado durante la crisis. Y aunque se nos pueda culpar de errores estos años, nuestra autonomía es limitada. Al lado de todo economista, hay un político...


Usted sonó como ministro del sector...

(Sonríe). De eso ya hace tiempo...


Fundó la facultad de Empresariales de Zaragoza.

Arrancamos en Interfacultades y luego inauguramos en Doctor Cerrada, que aún olía a cloroformo. Fue una experiencia excelente.


¿No valen ya las mismas lecciones para los nuevos alumnos?

En algunas disciplinas, no. Debemos actualizar los manuales en política económica, análisis macroeconómico... Hemos visto en estos siete años fenómenos que no se veían desde la Gran Depresión, en los años treinta, que fue una crisis más severa, pero menos compleja y contagiosa.

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