La sequía y el calor disparan los fuegos

Solo ayer se declararon cuatro en la provincia. Uno de ellos se acercó a un barrio de Sariñena.

El alto riesgo de incendios mantiene en prealerta roja a casi todas las comarcas de Huesca. Los avisos se confirmaron y solo en el día de ayer se declararon cuatro que obligaron a intervenir a los retenes y los medios aéreos del Gobierno de Aragón.

El más grave fue en Sariñena. El fuego originado en una zona de cañas se quedó a tan solo 200 metros del barrio residencial Antonio Beltrán, que está formado por 140 viviendas unifamiliares, lo que causó cierta tensión ante la cercanía de las llamas al casco urbano. Así lo reconoció el alcalde, Francisco Villellas, tras confirmar que el fuego pudo ser provocado al contar con varios focos. En un primer momento, las llamas fueron controladas por los dos bomberos voluntarios de Sariñena, que fueron apoyados luego por retenes, el helicóptero de la base de Peñalba y bomberos de Huesca. Al cierre de esta edición, el fuego estaba controlado, pero activo.


Los otros incendios, de pequeñas dimensiones, tuvieron lugar en Quinzano, Riglos y La Fueva, con la intervención de bomberos y de retenes y medios aéreos de la DGA.


Y es que el mes de mayo fue en Huesca el más seco de la serie histórica registrada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), desde 1943, con unas precipitaciones que alcanzaron únicamente los 3,2 milímetros, por debajo de los 4,4 milímetros de mayo de 1991, que era el mínimo detectado hasta ahora.


Las precipitaciones supusieron un 22% con respecto a las normales. Por ejemplo, la media habitual de Zaragoza es de 43,6 milímetros y se rebajó a 4,3; en Huesca, de 52,3 a 3,2; y en Teruel, de 54,7 a 29,6 milímetros. Y además fue muy cálido, con 2,3 grados centígrados más con respecto a las de los últimos treinta años.