Marchamalo

Jesús Marchamalo es uno de esos escritores de verdad que no son resultado, programado y edulcorado, de una sofisticada coctelería editorial, de esos que hacen decir: "Me hubiera gustado escribir sus libros".

Hay escritores que pasan por ser grandes figuras pero que, por muchos libros que vendan, nunca encontrarán acomodo en nuestro corazón de lectores pues nada nos dice lo que escriben. Hay en cambio otros escritores que no gozan de la popularidad de aquéllos, pero a los que leemos con admiración porque son escritores de verdad y no el resultado, programado y edulcorado, de una sofisticada coctelería editorial. Jesús Marchamalo es uno de ellos. De los primeros nunca se nos oirá decir: "Me hubiera gustado escribir sus libros". Por el contrario, a mí me hubiera gustado escribir los libros de Jesús Marchamalo: ‘Dedicatorias (Un siglo de libros dedicados)’, ése en el que cuenta el hallazgo de la firma de Tagore en la hojita de una agenda pegada en una de las páginas de cortesía de un libro del poeta, acompañado de una fotografía de éste tomada en la estación de Copenhague en septiembre de 1926, ‘Las bibliotecas perdidas’, ‘Donde se guardan los libros’, ‘Tocar los libros’… Al llegar cada fin de año, Jesús Marchamalo editaba algún librito no venal y lo enviaba a los amigos. En diciembre de 2013, la editorial Nórdica decidió pilotar ese proyecto y encargó a Marchamalo y al ilustrador oscense Antonio Santos un pequeño libro sobre Pío Baroja. Nació así ‘Retrato de Baroja con abrigo’, que fue acogido con admiración. En las Navidades del pasado año repitieron la experiencia y el resultado fue ‘Kafka con sombrero’, un fascinante recorrido por la vida del autor de ‘La metamorfosis’, en el que se nos cuenta su infancia marcada por la severidad del padre, su vida en Praga y sus amoríos, la persecución por parte de los nazis de muchos de sus familiares y amigos, su muerte, en fin, de tuberculosis en un hospital de Viena. 


Una delicada joya para guardar en el cofre de la mejor literatura.