Al menos un centenar de profesores extranjeros dan clase en la Universidad de Zaragoza

Este número ha ido aumentando de manera constante durante los últimos cursos académicos.

José Neira con uno de los robots con los que trabaja en su departamento
Al menos un centenar de profesores extranjeros dan clase en la Universidad de Zaragoza

La oferta académica de la Universidad de Zaragoza atrae cada año a más de una decena de profesores de otros países. En la actualidad, al menos un centenar de profesores son extranjeros, aunque tal y como señalan desde la institución académica este número podría ser todavía más elevado, puesto que para ser profesor titular es necesario tener la doble nacionalidad, pero a la hora de inscribirse no tienen por qué informar de ambas.


Este número no ha hecho más que ascender durante los últimos diez años, pasando de la veintena que había contabilizados en 2004 a los más de 100 que hay en la actualidad. Muchos de ellos inician su etapa profesional en la Universidad de Zaragoza como estudiantes de doctorado. “Coincidiendo con el 500 aniversario del descubrimiento de América se realizaron unos encuentros de investigadores de universidades europeas y latinoamericanas”, explica José Neira, de origen colombiano. De este modo, su tutor del trabajo de fin de carrera se puso en contacto con catedráticos de la Universidad de Zaragoza y así consiguió una beca doctoral.


“En un primer momento mi intención era ir a Francia, pero me exigían un certificado de idiomas que no tenía y, por suerte, acabé en Zaragoza”, puntualiza Neira. Para él, fue toda una fortuna. “No tener opción de ir a Francia es lo mejor que me ha pasado porque entré en el grupo de robótica en el que sigo casi treinta años después”, recalca.


Situación similar es la que vivió Majed Atwi, de origen libanés. Él llegó a la Universidad de Zaragoza atraído por el máster en márquetin de productos agroalimentarios. “A través del Instituto Agronómico Mediterráneo obtuve una beca para estudiar el máster, tuve que elegir entre Francia, Grecia, Italia o España y me decanté por esta última debido a su oferta académica”, relata Atwi.


Domenico Sicignano, de origen italiano, también se vio atraído por el prestigio nacional e internacional que tiene la rama de ingeniería de la Universidad de Zaragoza. "Había hecho el postgrado aquí y la influencia tanto de la universidad como de los excelentes profesores que tuve hizo que me decidiera por dar clases en este centro", señala. 


Los lugares de origen de estos profesores son muy variados. Italia y Colombia son los que más educadores aportan a la universidad y detrás de ellos se encuentra Cuba, Portugal y Alemania. No obstante, la oferta es muy diversa, un total de 33 países de cuatro continentes (no hay nadie de Oceanía) optan por la Universidad de Zaragoza como el lugar “idóneo” para dar clases.


Esto, a veces, provoca un choque entre culturas al que es difícil acostumbrarse. “Cambia mucho. Por ejemplo, en el Líbano las clases son más de tipo magistral, con el profesor hablando y sin ningún tipo de apoyo, y aquí damos los apuntes a los alumnos, con su bibliografía, se hacen más ejercicios, etc.”, explica Atwi. Por su parte, Neira pone el acento en la atención a los alumnos, “al haber más profesores el trato es mucho más personalizado”.


Laura Angélica Arévalo, original de Colombia, también encuentra algunas diferencias. Ella todavía no es profesora pero sí que ha dado algunas clases junto a su directora de tesis. “Aquí los profesores son más humildes y esto provoca que tengan una relación más estrecha con el alumnado, algo que me sorprendió desde el primer momento”, señala. Ella estaba acostumbrada a no dirigirse casi la palabra con los catedráticos y al situarse en el lado opuesto se dio cuenta de las grandes diferencias que había.


En el ámbito de estudio también se encuentran algunas variaciones. La rama de ingeniería y arquitectura es la que más profesores extranjeros aglutina, un total de 26. Seguidamente se encuentra a los catedráticos de ciencias (21), ciencias de la salud (15), ciencias sociales y jurídicas (13), artes y humanidades (10) y una veintena que no han informado sobre cuál es su rama de conocimiento.

No piensan en cambiar de destino

Después de llegar a Zaragoza, más o menos por suerte, casi ninguno se plantea cambiar su destino. “Cuando terminé el doctorado me propusieron volver a la universidad de Colombia en la que había estudiado, pero aunque al principio tuve dudas, al final tomé la decisión adecuada”, señala Neira. Al mismo tiempo asegura que a pesar de que alguna vez se plantea la opción de ir a otra universidad, “en el fondo no lo piensas de verdad”.


Lo mismo le ocurre a Atwi, que después de pasar estancias en varios países como Estados Unidos, tiene claro que su futuro siempre estará ligado a la Universidad de Zaragoza. “Estoy muy a gusto con el centro, los compañeros y en ningún momento me he planteado irme a otra comunidad autonómica ni a otro país”, subraya.