El pliego del tranvía exigía ajustar las obras "estrictamente" al proyecto salvo imprevistos

Pese a que hubo cambios en los que se redujo el volumen de obra, en ningún momento se alteró el contrato inicial
El Ayuntamiento y la SEM no aclaran con qué trabajos se compensaron

El pliego del tranvía exigía ajustar las obras "estrictamente" al proyecto salvo imprevistos
El pliego del tranvía exigía ajustar las obras "estrictamente" al proyecto salvo imprevistos
oliver duch

El pliego de cláusulas administrativas del tranvía de Zaragoza exigía que las obras se ajustaran "estrictamente" a lo que recogía el proyecto de construcción aprobado. La única posibilidad que tenía el Ayuntamiento de introducir modificaciones era por "causas imprevistas debidamente justificadas", y siempre "por razón de interés público". Tanto el Consistorio como la sociedad de economía mixta (SEM) Los Tranvías de Zaragoza han defendido esta semana que el contrato entre ambos no sufrió ninguna modificación.


Sí que han admitido que hubo algunos trabajos –de mayor o menor volumen– que estaban proyectados y que no se realizaron. Tanto desde el Ayuntamiento como desde la sociedad mixta han mantenido estos días que también hubo otras obras que no estaban previstas y que sí acabó asumiendo la SEM. Fuentes de esta empresa han citado, por ejemplo, la remodelación del entorno de San Juan de los Panetes y la construcción de un carril bici en el Actur. Aseguran que unas obras se compensaron con las otras, aunque de momento no han aclarado cómo se cuadraron económicamente estos trabajos. Ayer, ni el Ayuntamiento ni Los Tranvías de Zaragoza quisieron pronunciarse sobre estos asuntos.


El Consistorio redactó en 2009 un pliego de condiciones para seleccionar al socio privado que iba a participar con el Consistorio en una sociedad mixta para ejecutar el proyecto tranviario. Finalmente fue elegido Traza, que entró con un 80%, por el 20% de propiedad municipal. Sería esta sociedad la encargada de construir, explotar y mantener la línea entre Valdespartera y Parque Goya.


En el citado pliego –que según los juristas es "la ley del contrato"– se especifica que "las obras de construcción se ajustarán estrictamente a lo especificado en el proyecto de construcción aprobado por el órgano de contratación y a los plazos establecidos en el programa de trabajo". Este proyecto es el que Traza diseñó para presentarse al concurso público, y por el que fue elegido por el Ayuntamiento por encima de otros aspirantes. Sin embargo, durante el transcurso de las obras –como en cualquier proyecto– se produjeron multitud de variaciones por distintos motivos que hicieron cambiar los planes.


Como ha publicado este diario los últimos días, algunas de estas modificaciones fueron llamativas. Por ejemplo, estaba previsto mover las fuentes de las plazas de España y de Paraíso, pero ninguna de las dos fueron trasladadas. La primera ni se tocó, mientras que la segunda fue demolida. Además, tampoco se hicieron unos cambios previstos en la entrada y salida del parquin de Puerta Cinegia (en la plaza de España) ni una nave de servicios en las cocheras de Parque Goya.


Pese a ello, las certificaciones que hacía la UTE constructora FCC-Acciona, contratada por la sociedad Los Tranvías de Zaragoza, sí reflejaban estas obras como realizadas. En estos documentos, que se emitían mes a mes para cobrar por sus trabajos, figura que estas cuatro obras se ejecutaron al cien por cien.


Estas certificaciones se emitieron en julio de 2013, muchos meses después de que terminaran las obras. Solo entre estas cuatro obras no realizadas, la SEM dejó de ejecutar trabajos por valor de 2,2 millones de euros. Estas variaciones del proyecto original no supusieron ningún cambio en el contrato.

El reequilibrio previsto

Según el pliego de condiciones, el Ayuntamiento "únicamente podrá introducir modificaciones en el proyecto aprobado, por razón de interés público, siempre que sean debidas a causas imprevistas debidamente justificadas" y con autorización municipal. El documento establece que si la modificación supone un incremento de costes, "el Ayuntamiento de Zaragoza procederá al reequilibrio económico-financiero del contrato para compensar del sobrecoste". Del mismo modo, "en caso de reducción de los costes de construcción como consecuencia de ahorros fruto de la modificación, se actuará en sentido inverso".


Ese restablecimiento del equilibrio económico-financiero, en los casos mencionados, se podría hacer de varias maneras diferentes: variando el precio por disponibilidad (PPD) o el precio por usuario (PPU) que el Ayuntamiento paga a la SEM, abonando una cantidad para compensar, cambiando el porcentaje de comisión de gestión que se llevan los socios privados de la SEM, ampliando el plazo de concesión o combinando alguna de las posibilidades anteriores. Sin embargo, no se llegó a tomar ninguna de estas medidas porque el contrato no se llegó a modificar en ningún momento, según mantienen Los Tranvías de Zaragoza y el Ayuntamiento de la capital aragonesa.


Ambos han defendido que mediante el sistema de "precio alzado y precio cerrado" se transfirieron a la UTE constructora los riesgos de la construcción, y que esta "no puede reclamar un aumento de precio por cualquier error u omisión que se ponga de manifiesto durante el desarrollo de las obras".