"Me metí en un cayuco con 15 años, sin saber dónde estaba España, y acabé en Zaragoza"

Un senegalés que vino a España cuando era menor de edad cuenta su historia. Llegó a Canarias y luego fue acogido en Aragón.

Akon, senegalés que llegó solo con 15 años, en el parque del Tío Jorge
"Me metí en un cayuco con 15 años, sin saber dónde estaba España, y acabé en Zaragoza"
P.F.

Akon llegó a España en un cayuco en 2006 después de un viaje durísimo de más de diez días desde Senegal a Canarias. Recuerda que llevaba una camiseta del Arsenal, venía sin dinero, sin documentos, sin móvil, sin planes. Tenía 15 años recién cumplidos.


Pongamos que este chico, que hoy tiene 23 y vive en Zaragoza, se llama Akon, como uno de sus cantantes favoritos. Otro es Bisbal. El nombre es ficticio pero la historia real. Es uno de los más de 600 menores extranjeros no acompañados que han llegado a Aragón desde el año 2000. Ha vivido en residencias y pisos tutelado por el Gobierno de Aragón. Ahora comparte piso con otros compatriotas, estudia y trabaja.


La historia del viaje que cambió su vida comienza a finales de agosto de 2006. "Decidí venir de un día para otro. Mi madre no quería. Mi padre es pescador y conocía a gente que dirigía cayucos. En esos años salían casi todos los días de su ciudad. Él me preguntó si quería ir, le dije que sí y me buscó un cayuco. Yo no pagué nada, otros pagaban 1.000 euros. Yo no sabía ni dónde estaba España. No tenía nada planeado, iba un poco a la aventura y acabé en Zaragoza", cuenta.


Por la noche se metió en un bote pequeño que le llevó hasta el cayuco, alejado de la costa para burlar la vigilancia policial. "Íbamos unas 100 personas, todos hombres, y otros cinco menores como yo. El viaje fue muy duro. Estábamos muy apretados, teníamos que trabajar continuamente para sacar el agua, casi no dormía. Por la noche, algunos se caían al mar, no sabíamos si por accidente o porque alguien les empujaba. Daba mucho miedo. Había olas muy fuertes y el cayuco se rompió por un lado. No nos quedaba gasolina para volver. Seguimos el viaje. Cuando nos acercábamos a Canarias nos vio un avión y luego vino un barco a buscarnos", recuerda.


Akon tiene muy buena memoria para las fechas. Llegó a Tenerife el 9 de septiembre de 2006. Los menores fueron trasladados a un centro. Allí les dieron ropa, comida y recibían clases de español. Estuvo seis meses. Un día le preguntaron si conocía a alguien en la Península. Tenía el número de teléfono de un conocido de su padre en Zaragoza. Y lo trajeron en un avión directo a Zaragoza. Era el 17 de febrero de 2007.


A este conocido no llegó a verlo nunca. El chico pasó a estar bajo tutela del Gobierno de Aragón y fue a vivir a una residencia con una veintena de menores extranjeros. "La convivencia no era fácil. Hay que acostumbrarse, cada uno es como es. A veces había peleas, pero yo no me metía en líos", cuenta.


Su historia de acogida es de las que han tenido final feliz. Estudió unos meses 3º de la ESO en un instituto y después hizo varios cursos de albañilería y carpintería en distintos centros sociolaborales. A los 18 años, pasó a otra residencia para chicos en proceso de emancipación, donde vivió un año más. Desde 2010 ha tenido varios trabajos (con contrato) de pintor, albañil y limpieza. Cada mes envía dinero a su familia en Senegal, donde tiene más de una decena de hermanos.


Akon vive ahora con otros tres compañeros senegaleses en un piso de alquiler. Estudia jardinería en un centro socio laboral y trabaja los fines de semana haciendo la limpieza en una empresa. Le gusta jugar a fútbol, estar con sus amigos y salir con su novia (española).


Sigue siendo un chico optimista que no hace muchos planes. "Tengo familia en otros países europeos, pero aquí estoy bien. Me gusta Zaragoza y tengo muchos amigos. De momento me quiero quedar aquí. Me siento uno más, ya soy maño", apunta.


En diciembre del año pasado volvió por primera vez a Senegal. "Fui de vacaciones, a ver a la familia. A mis hermanos pequeños y amigos de allí les digo que ahora no vale la pena venir, que no hay trabajo. Espero que me hagan caso", afirma.