Heraldo del Campo

Mucho tractor para tan poco presupuesto

El PIMA Tierra cuenta con una partida de apenas cinco millones. "Es insuficiente", señalan al unísono los representantes del sector agrario.

Más del 65% de los tractores inscritos en España tienen más de 15 años, según el Ministerio.
Mucho tractor para tan poco presupuesto

Se esperaba como agua de mayo. Hacía ya más de cuatro años que el sector agrario reclamaba un plan de ayudas -similar al que goza la automoción- con el que poder hacer frente a elevada inversión que supone la renovación de sus vehículos de trabajo.


Lo exigía también un parque de maquinaria agrícola con mucha edad. De hecho, de los 750.000 tractores de uso agrícola y forestal que existen en España, unos 250.000 tienen más de 25 años, 170.000 entre 15 y 20 años, 120.000 entre 11 y 15 años y solo 200.000 fueron estrenados hace menos de una década. Una antigüedad que no solo resta competitividad a las labores agrarias y supone un enorme gasto para el productor -el coste de utilización de los tractores de 15 años es un 40% superior a aquellos que tienen cinco años-, sino que además se convierte en una de las principales causas de la siniestralidad laboral en el sector.


Lo reclamaban además las industrias y comercializadores que esperan que este plan sirva para remontar un mercado que no parece poder arrancarse los efectos de la crisis. Aunque en 2013 el sector logró cerrar el año (gracias al últimos trimestre, eso sí) con un aumento de las unidades comercializadas -8.859-, lo cierto es que los números no son para echar cohetes. Solo suponen un incremento de poco más de 200 vehículos respecto a las cifras que convirtieron 2012 en el 'annus horribilis' del sector, con 8.655 unidades vendidas. Unas y otras están todavía muy lejos de las matriculaciones anotadas en 2007, en el que hubo 17.240 tractores nuevos inscritos, números que incluso la propia industria está convencida de que "nunca volverán a repetirse, a menos a corto y medio plazo".


Y lo demandaba también la sociedad y los requisitos comunitarios para cumplir los objetivos medioambientales, lo que explica que estas ayudas estén "excesivamente" -en opinión del sector- ligadas a la reducción de emisión, a la eficiencia energética y al respeto al entorno natural.


El plan ha llegado. Se aprobaba a comienzos de marzo en Consejo de Ministros. Pero el decreto ley ha dejado al sector con la miel en los labios. Dotado con un presupuesto de apenas cinco millones de euros, los agricultores agradecen la existencia (por fin) de un plan para renovar su maquinaria, pero tienen claro el calificativo que lo define: "Insuficiente", dicen los representantes de las organizaciones agrarias y también desde la presidencia de Cooperativas Agroalimentarias.


"Es muy poco dinero", asegura José Antonio Miguel, representante de UAGA, que lamenta cómo estas ayudas han ido adelgazando cada año desde que comenzó la crisis, desde los 56 millones con los que estuvo dotado el plan en 2007 a los apenas cinco disponibles en este ejercicio.


Con menos dinero, las ayudas por caballo de vapor también se reducen. Así mientras que en años anteriores la subvención por CV del tractor achatarrado ascendía a 80 euros y cada beneficiario podía recibir hasta 12.000 euros e incluso hasta 30.000 para equipos automotrices de recolección, etc., el nuevo plan recorta la ayuda a 70 euros por caballo de potencia con un máximo de 7.000 euros. Una cuantía que puede elevarse (como mucho) hasta 9.000 si el tractor adquirido es de la más alta eficiencia.


"Con estas ayudas no resulta atractivo achatarrar porque un tractor de segunda mano puede llegar a venderse por 9.000 euros", señala Miguel. Y más teniendo en cuenta, destaca el representante sindical, que por un tractor tipo medio hay que desembolsar entre 40.000 y 100.000 euros. Si es de gama alta la inversión puede alcanzar hasta los 200.000 euros. Por eso, en su opinión, estas ayudas "solo" van a servir para tractores pequeños, pero para cambiar la maquinaria necesaria para los secanos aragoneses "no van a ser rentables".


El sector lamenta también que este plan PIMA Tierra se haya olvidado de otro tipo de herramientas, como las cosechadoras o aquellas máquinas utilizadas para aplicar los fitosanitarios a la tierras.


Los que compran...

"Se ha perdido una gran oportunidad", insiste Miguel, que recuerda que la normativa europea, que tiene como objetivo conseguir el uso sostenible de los plaguicidas, obliga al sector agrario a que en 2018 haya completado la revisión técnica de todos los equipos de aplicación de fitosanitarios. "Va a ser necesaria una importante renovación de este tipo de maquinaria para cumplir las exigencias europeas y el plan PIMA podría haber ayudado a hacer esta inversión", insiste el representante sindical.


"Es bueno y oportuno", destaca el portavoz de Asaja Aragón, pero añade otro adjetivo. "Es totalmente insuficiente". Fernando Luna reconoce que no se puede hacer mucho con cinco millones de euros, pero considera que la responsabilidad no recae solo en el Ministerio de Agricultura. "Debería ser un plan transversal", insiste, en el que participaran otras carteras del Gobierno, como la de Industria, "porque es ahí donde tributan las empresas fabricantes y los concesionarios", señala.


Es lo que también lamenta el representante de UPA en Aragón. Pero José Manuel Roche centra su mirada en la administración autonómica y lamenta que las ayudas estatales no se hayan visto acompañadas, como sucedió en planes anteriores, de un esfuerzo presupuestario del Ejecutivo de Rudi.


...y los que venden

El Plan PIMA ha sido bien recibido en la industria fabricante de maquinaria agrícola. "Tiene un gran valor para el sector ya que muestra el apoyo firme del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y pone en valor las tecnologías". Con esta frase la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat), que representa a las empresas fabricantes y representantes legales de tractores agrícolas y forestales que comercializan el 99% del mercado de tractores en España, aplaude el programa de ayudas para la renovación del parque móvil agrícola. Hay sin embargo un matiz en su valoración. Ansemat no oculta su preocupación por el establecimiento de una cuantía de ayuda complementaria para las categorías de eficiencia energética A y B, "ya que pocos modelos de tractores están actualmente clasificados, y por lo tanto no se cumple el requisito de generalidad ni el de eficacia", advierten desde la organización.


Los olvidos...

Hay otros "olvidos" en el PIMA Tierra, lamenta el sector agrario. Y es que el nuevo plan no recoge, como sucedía en programas anteriores, la posibilidad de que la cuantía base de la ayuda aumente si quien la solicita es titular de una explotación agraria prioritaria, si es un agricultor joven, una mujer, o vive en zonas de montaña o desfavorecidas.


"Debería además haber una mayor comunicación con los fabricantes de maquinaria", creen los representantes de las organizaciones agrarias, que aseguran que muchos de los requisitos energéticos y medioambientales exigidos en la orden para poder optar en obtener la ayuda todavía no han llegado al mercado. Lo asegura el representante de UAGA, que explica que los concesionarios consultados ya han manifestado que la maquinaria con la más alta clasificación energética (la que añade 2.000 euros a la cuantía base) no estará disponible hasta septiembre. "Y eso en el mejor de los casos y si luego no se alarga hasta enero", lamenta Miguel.


Es este también uno de los olvidos que lamentan las cooperativas agroalimentarias. Sus representantes reconocen que el plan "está bien, cumple su papel", pero echan de menos que no se haya extendido a todo tipo de maquinaria y lamentan que el Ministerio "no se tome en serio otras políticas de actualización de maquinaria", en las que se deje claro cómo tienen que ser los equipos que salen al mercado. "Así no tendríamos que estar cambiando de aperos constantemente por los cambios de legislación", destacan desde Cooperativas Agroalimentarias.


Se echa de menos además que este tipo de ayudas no copie fórmulas que tanto éxito están dando en otros países. "Debería aprovecharse la situación para potenciar el uso de maquinaria en común", destacan los responsables de Cooperativas Agroalimentarias. Y debería hacerse, dicen, para propiciar la creación de cooperativas específicas que evitarían la compra "tonta" de maquinaria, fomentaría un mayor cambio de equipos, conseguiría que el parque móvil fuera "más nuevo" y además "mejoraría la calidad de vida de los socios, porque podrían compartir tractor, horas de trabajo y la contratación de trabajadores", señala esta organización.


...y las prisas

Hay novedades, eso sí. Una de ellas es que las solicitudes se realizarán a través de los puntos de venta que se adhieran al plan. Hasta allí tendrán que dirigirse los potenciales compradores, que podrán saber en ese momento si todavía quedan fondos para poder optar a las ayudas. Un matiz "muy importante", según los representantes de las organizaciones agrarias, que recomiendan a los interesados que no pierdan excesivo tiempo pensando en si compran o no el tractor ya que aunque el plazo final de presentación de solicitudes es el 31 de diciembre de 2014, la orden del Ministerio deja claro que el programa finalizará en el momento en que se acaben los fondos.


Hay sindicatos que ya han hecho cálculos y advierten a los potenciales compradores que con cinco millones de euros de presupuesto las ayudas se agotarán en los primeros 556 tractores (siempre teniendo en cuenta que cada beneficiario cobrase la ayuda máxima, es decir 9.000 euros).


La decisión corre prisa. "Es necesario que el agricultor se decida cuanto antes", señalan desde UPA. Y no solo porque los fondos son limitados, sino también porque las solicitudes se aprobarán en "riguroso orden de llegada", sin ningún otro requisito o prioridad.


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