El montañero Jordi G. O. fue el último fallecido del fin de semana en las montañas aragonesas. El montañero, de 41 años con domicilio en Alcover (Tarragona) sufrió un accidente en la zona del Pico Aneto (3.404 metros) conocida como Paso de Mahoma, muy próxima a la cima más alta del Pirineo, y sufrir una caída de unos 300 metros por un cortado rocoso y glaciar.

El fallecido, fue rescatado a las 15.30 de la tarde del domingo por varios miembros del GREIM de Benasque, así como el helicóptero del Cuerpo UHEL-41 y un médico del 061.

El cadáver del montañero tarraconense fue localizado a las 14.10 horas y tras certificar su muerte el médico del 061 fue trasladado hasta el depósito municipal de Benasque.

Además, en la jornada del sábado un hombre, de 66 años, y de nacionalidad austriaca, falleció tras sufrir un accidente mientras escalaba en las Peñas de Masmut, en el término municipal de Peñarroya de Tastavins, en la provincia de Teruel.

El escalador sufrió una caída. Sobre las 13.45 del sábado, se ha procedido a su rescate y se encontraba aún con vida, aunque con lesiones de pronóstico grave.

Además, la Guardia Civil rescató a un barranquista muerto en el barranco de Lapazosa, en el término municipal de Torla, tras una complicada operación debido a la orografía del terreno y al fuerte caudal de agua procedente del deshielo.

El fallecido, Luis G.P., de 41 años, domiciliado en la localidad valenciana de Requena, se encontraba haciendo barranquismo con otra persona, también valenciana, quien avisó al 112 de que tenían problemas, han informado fuentes de la Guardia Civil de Huesca.

Aunque el aviso fue dado a las 14.30, el cuerpo no se localizó hasta cerca de las 19.00, agregaron las mismas fuentes. El rescate del cuerpo sin vida finalizó sobre las 22.50, por la complicada orografía del terreno.

En el rescate, que resultó complicado por la orografía del terreno, participaron un equipo del Grupo de Rescate en Montaña de la Guardia Civil de Boltaña, el helicóptero del Cuerpo HUEl-41 y un medico del 061.

El cuerpo del fallecido tuvo que ser izado mediante una cordada de unos cien metros desde el fondo del barranco, trasladado a pie a una zona de fácil acceso para el helicóptero y, posteriormente, ser evacuado al deposito de cadáveres de Boltaña.