Las fiestas en honor de Santa Rosa de Lima llegaron ayer a fin, pero los vecinos de Las Fuentes apuraron hasta el último sorbo, con la traca final. Las fiestas han estado marcadas por la participación de numerosos vecinos en las comidas populares, concursos, actuaciones y, especialmente, en los diarios pasacalles con cabezudos por las calles del barrio.

Ayer domingo fueron decenas los vecinos que hicieron cola en la cancha deportiva en la calle del Monasterio de Obarra. Habían llegado puntuales para la longanizada anunciada en el programa y que preparaba la peña de Los Marinos junto a la comisión de fiestas. Llevan ocho años afincados en Las Fuentes, explica David Bosqued, presidente de la agrupación, y participan de diferentes maneras en un programa que para ellos es «la pretemporada» antes del Pilar.

La espera fue larga, sobre todo para los más madrugadores, pero al final el almuerzo mereció la pena, y los vecinos se repartieron 80 kilos de longaniza y 100 barras de pan. Otros se decantaron por el festival de jotas que se desarrollaba a la misma hora, en torno al mediodía, en la carpa festiva del parque Torre Ramona, mientras los niños disfrutaban de las ferias.

La tarde fue para el concurso de disfraces, con premios para los mejores en las categorías individuales y de grupos, y después, la despedida de los cabezudos con el tradicional Paquito el chocolatero, el Pobre de mí y la Jota de Despedida, también con la música de la banda de Los Marinos, y después, la orquesta calle Mayor con la que los vecinos de Las Fuentes pudieron echar el último baile.