Pequeños y grandes, en carrito o a carreras, desde los balcones o a ras de suelo: fueron cientos los vecinos de Las Fuentes que ayer llenaron las calles del barrio para disfrutar de sus cabezudos, que llevan sobre los hombros el peso de una tradición.

Lo de la edad no es una metáfora. Había abuelitos que miraban atónitos el paso de los jóvenes con las cabezas de cartón preparándose para el pasacalles, y niños como los pequeños Daniel y Leire Alzuguan que, junto a sus padres, esperaban la salida de los cabezudos.

Algunos debutaban en la tarea: debajo de Al Capone, resoplaba Sergio Betrián, sufriendo el calor y el peso del cartón piedra. Manuel Fernández Tena, en su tarea de coordinador del grupo, se daba por "jubilado" del trabajo de acarrear a los cabezudos. Y entre ellos se mezclaban vampiros zancudos y personajes de dibujos animados que ponían aún más color al animado desfile.

La música corría a cargo de la banda de Los Marinos, peña afincada en Las Fuentes. Aunque sus miembros no son de barrio, explicaba Gabi Lucas, el saxofonista, "estamos aquí mañana y tarde, y también participaremos en el resto de la fiesta, para que no nos la tengan que contar", reían.

Orgullosa llevaba Concepción Nieto la peana de la santa. Se preparaba así para recibir el homenaje como 'mejor vecina del barrio de Las Fuentes' por los cuidados que desde hace 10 años dispensa a los cabezudos. "Llegué al barrio a los dos años y aquí conozco a todo el mundo", explicaba.

El desfile por las calles del barrio terminó en la carpa de fiestas instalada en el parque Torreramona. Allí, otro querido vecino del barrio, Agustín Martínez, tenía el encargo de leer el pregón que daba la bienvenida a las fiestas. Hubo además merienda con chorizo y panceta, actuaciones folclóricas y animación infantil, actividades que marcan el tono de los próximos días de fiesta. Hasta el domingo, las calles de Las Fuentes se llenarán de celebraciones y estos días de agosto serán más veraniegos si cabe en este barrio zaragozano.