SAN ROQUE 2011

Romería y tradición en la gran despedida

Calayatud finaliza sus festejos en honor de San Roque con la subida del patrón a la ermita y un desayuno popular.

Los cofrades de San Roque subieron a su patrón a la ermita en la madrugada de ayer.
Romería y tradición en la gran despedida
JESúS MACIPE

En el mismo lugar en el que el pasado sábado se lanzaba el chupinazo, anoche sonaba la traca que daba por finalizado el San Roque de 2011. La romería fue el primero de los actos de la jornada y participaron, como viene siendo costumbre, miles de bilbilitanos. Es una de las señas de identidad de estas fiestas, la subida con la imagen del santo hasta su blanca ermita.


El gran día para la cofradía, que se puso en marcha a las 4,30 de la madrugada de ayer. El ritual comenzó en casa del preboste entrante, Jorge García Monge, el cofrade que durante un año guardará la peana del santo. Hasta su hogar, y desde el del preboste saliente, José Antonio Zuara Embid, se trasladó la imagen el pasado lunes a mediodía. Una vez que recogieron a aquellos miembros de la corporación municipal que participaron en la celebración, los cofrades emprendieron el camino hacía arriba. Por la cuesta, todavía de noche, lucían los cuatro faroles de la peana que se abría paso entre las charangas y los romeros, no todos igual de frescos, como se podía comprobar al llegar arriba. En la misma explanada donde algunos escuchan misa, otros se tumban o se resisten a ceder al cansancio. Y sentados contemplan las torres de la ciudad iluminadas, la Puerta de Terrer, y al fondo, la tenue luz de los vehículos que circulan por la autovía.


Caridad Guerrero es el primer año que sube a la romería y a la misa: «Mis amigas dijeron ¿nos subimos?», y allí estuvieron. Y entre ellas también se encontraba Ana Robres que comentaba que quería recordar esa experiencia y se fijaba en que «la animación de las peñas es mucha, pero en la misa.... poquitos». Otros, como Javier Remacha, llevaban toda la vida asistiendo a esta tradición. Exactamente 23 años, los mismos que cumplía ayer. «Que yo sepa no he faltado ningún año, y hasta que pueda seguiré con esta tradición», afirmaba Javier.


Sobre las 7.00, la cofradía emprendió la vuelta hasta su era en la que repartieron 4.000 raciones de chocolate con bizcochos. Una hora después, el otro escenario de la tradición fue la plaza del Mercado, donde todos acudieron a pedir al ayuntamiento que conceda las vaquillas que tienen lugar por la tarde, y a las que se llevan los muñecos de capea que algunos bilbilitanos construyeron a principios de verano.


Tras la sesión matinal de vacas, la cofradía emprendió un recorrido por las residencias de mayores para acercar al santo, repartir caramelos y alegría a ritmo de pasodobles. «Ha llegado San Roque, vengan todos a la puerta», sonaba por la megafonía de una de las residencias.


Otro elemento de esta fiesta, quizá poco conocido es el sorteo que se hace entre los más de 600 cofrades, para ver quien tendrá al santo durante el próximo año. «Hay mucha gente que viene al sorteo, están nerviosos, y miran a ver que estén todos los números. ¡Casi como en el sorteo de Navidad», comenta el presidente de la cofradía, Jorge Arnillas. En esta ocasión el afortunado, para 2012, es José Ignacio Arévalo Marín.