VENEZUELA

Vinos, una cuestión de glamour

Decir vino en este país, es decir, agasajo, comida especial, banquete, brindis, elegancia.

En Venezuela verdaderamente no existe tradición en lo que a consumo de vino se refiere, quizá nuestra realidad tropical invita a disfrutar de algo mas refrescante y acorde con el clima: la popular ‘fría’ como solemos denominar genéricamente a la cerveza, la cual consumimos con entusiasmo a lo largo del año. Y es culpable, casi con certeza, de las numerosas ,voluminosas y prominentes barrigas que pueblan nuestra amplia geografía. Pero la de la cerveza es otra historia. !Hablemos de vinos!


Automáticamente, decir vino en este país, es decir, agasajo, comida especial, banquete, brindis, elegancia... En fin, siempre situaciones especiales, nunca en el día a día, y esto es válido incluso para los residentes de origen europeo, perfectamente integrados en el desarraigo vinícola.


Existe una limitada oferta en supermercados y tiendas del ramo, donde son mayoría los vinos chilenos, debido a la relación calidad-precio, seguidos por vinos españoles, italianos, portugueses y, en menor grado, franceses y alemanes, según la preferencia y la nostalgia de la colonia residente en cada caso. Con respecto a los vinos españoles, reinan los Rioja y Ribera del Duero, y desde luego el cava catalán; de vez en cuando asoman tímidamente en las estanterías algún Cariñena o Ribera del Jiloca, como dignos representantes de nuestros buenos caldos de la tierra aragonesa.


Los precios varían según calidades y marcas, pero podemos decir que oscilan entre 8 y 15 euros para botellas de tipos standard.


Por último, decir que en Venezuela se cultivan uvas de cepas importadas de Francia, desde hace algunos años en la zona de Carora, en el Estado Lara, centro-occidente del país, produciendo vinos y cava de una calidad más que aceptable, para lo que significa el pequeño milagro de producir en tierras y climas a priori poco aptas para este cultivo, aunque el milagro ya lo propició y allanó un tal Noé, hace algunos años, al sembrar uvas en un terreno anegado por el reciente Diluvio Universal y que a pesar de lo adverso agronómicamente hablando, no impidió poder honrar cumplidamente a Baco y universalizar el tintorro y los otros.