CALIDAD DE LAS AGUAS

Cinco lagos aragoneses no alcanzan el buen estado ecológico

Exceso de peces, sobre todo carpas, y los nutrientes que llevan las aguas de regadío son las causas principales de que cinco lagos aragoneses de la Cuenca del Ebro no alcancen el buen estado ecológico que exige la Directiva Marco del Agua.

Ibón de Tramacastilla
Ibón de Tramacastilla
R. GOBANTES

Las aguas de cinco lagos de la cuenca del Ebro en Aragón no están en buen estado ecológico, según el informe que elabora la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). La laguna de Sariñena, el galacho de Juslibol y el de La Alfranca, el ibón de Tramacastilla y el Estanque Grande de Estaña no cumplen las condiciones que marca la Directiva Marco del Agua, que exige que estas masas hídricas alcancen el nivel de bueno o muy bueno. Los nutrientes y el exceso de peces son las dos causas fundamentales de esa mala calidad ecológica de las aguas.


Sarineña es la peor clasificada y se trata del único lago de toda la cuenca del Ebro cuyo estado obtiene la calificación de ‘malo’. El galacho de Juslibol resulta clasificado como ‘deficiente’ (solo la laguna de Pitillas, en La Rioja, obtiene los mismos resultados), mientras que el estado de las aguas del ibón de Tramacastilla, el galacho de La Alfranca y el Estanque Grande de Estaña se califica de ‘moderado’.


El estudio, que se inició en 2007 y finaliza este año, se realiza sobre 50 lagos de toda la cuenca. De ellos, 14 no alcanzan un estado ecológico superior a ‘bueno’. Eso significa que el 74% sí aprueba los requisitos de la Directiva Marco, lo que representa “una mejora desde el año 2007, pues son más las masas de agua en estado bueno o muy bueno”, afirma Mª José Rodríguez, jefa de la sección técnica de control del estado ecológico de lagos y embalses de la CHE.


Entre los ejemplos de mejora está Panticosa, cuyo lago ha pasado de estado ‘moderado’ a ‘muy bueno’. También el lago de Marboré (2007: bueno, 2008: moderado, 2009: muy bueno) ha visto mejorar su calidad, lo mismo que la Aigüeta de Batisielles (bueno-moderado-muy bueno), la Estanca de Alcañiz (bueno, moderado, bueno), o Guialguerrero (deficiente-bueno-bueno). “De todas formas, estos resultados no serán definitivos hasta que no se tenga una serie temporal completa para calcular las condiciones óptimas de cada tipología y comparar con los resultados obtenidos cada año”, señala Rodríguez.


NUTRIENTES Y EXCESO DE PECES

En concreto, los controles realizados muestran que el mal estado ecológico se debe a dos causas principales: los nutrientes (por abonos químicos y otros productos agrícolas) que llevan las aguas sobrantes de los regadíos, que acaban en estos lagos; y el exceso de peces en muchos lagos. El presencia elevada de nutrientes provoca una eutrofización de las aguas, es decir, se crea una capa de algas que impide que pase el sol y que crezca la vegetación subacuática y se produzca el oxígeno, lo que hace desaparecer progresivamente los peces y otra fauna acuática.


La eutrofización es un proceso natural en las aguas durante los meses más calurosos. El exceso de nutrientes acelera este proceso y hace aumentar la biomasa en el ecosistema. En los ecosistemas acuáticos empiezan a proliferar algas unicelulares que impiden que la luz penetre hasta el fondo del ecosistema. Como consecuencia en el fondo se hace imposible la fotosíntesis, productora de oxígeno, a la vez que aumenta la actividad metabólica de los descomponedores, que empiezan a recibir los excedentes de materia orgánica producidos cerca de la superficie. De esta manera, el ambiente paulatinamente se va quedando sin oxígeno en el fondo lo que dificulta la supervivencia de muchos peces.


“Los peces (carpas, barbos, lucios, etc.) no son naturales en los lagos, en todos los casos han debido ser introducidos. Muchas de estas especies se alimentan de invertebrados, lo que provoca provoca la reducción del número de individuos e incluso la desaparición de muchasde esas especies. “También disminuyen los macrofitos, o vegetación sumergida”, explica Rodríguez. Por eso, “debería controlarse las poblaciones de peces”, afirma la experta de CHE.

Los lagos estudiados en Aragón fueron 18 en la provincia de Huesca, 7 en Zaragoza, y 2 en Teruel. La evaluación se hace siguiendo los indicadores de calidad propuestos por la Directiva Marco del Agua. El conocimiento obtenido con este estudio sobre cada masa de agua permitirá ajustar esos parámetros, y adecuarlos mejor a las características de cada una.


LOS PEOR PARADOS: 


Laguna de Sariñena

El único caso con el resultado de ‘malo’ de toda la cuenca. “Hay muchos aportes de agua de riego, ya que los campos están al lado”, señala Mª José Rodríguez, de CHE. Los nutrientes agrícolas “eutrofizan las aguas y se incrementa la concentración de clorofila y cianobacterias”. El exceso de carpas acaba con los microinvertebrados.


Galacho de Juslibol

Los análisis muestran un estado ecológico ‘deficiente’. La causa: la elevada población de carpas, que acaba con la vegetación sumergida y reduce la diversidad de macrofitos en el agua. Los mismo problemas provocan en los invertebrados. Se propone, por tanto, reducir la población piscícola de ciprínidos.


Ibón de Tramacastilla

Su estado ecológico se define como _‘moderado’, que viene dado por los altos niveles de conductividad eléctrica (provocado por alta presencia de sólidos disueltos en el agua). Su situación ha empeorado desde 2007, con un estado ‘bueno’, a 2008 y 2009, que ha bajado a ‘moderado’.


Galacho de La Alfranca

Estado ecológico ‘moderado’, derivado de la sobrepoblación de carpas. Tanto aquí como en Juslibol, los resultados se han mantenido en nivel ‘moderado’ durante los tres años analizados. Se demuestra así que sus dificultades vienen solo de la presión de la población de ciprínidos y que se corregirían controlando ésta.


Estanque Grande de Estaña

Su estado ecológico se califica de ‘moderado’, y la causa son los altos niveles de conductividad eléctrica. Se espera a tener más datos para dilucidar si se debe a causas naturales.