Expedición Plastiki, cruzar el mar sobre 12.500 botellas

La Expedición Plastiki surca el Pacífico para denunciar la contaminación oceánica

El Plastiki en el momento de zarpar desde la bahía de San Francisco
plastiki
HERALDO

Hacia Sidney viaja un barco cargado de botellas. Botellas vacías de plástico. Es la Expedición Plastiki, un proyecto de la organización Adventure Ecology, fundada por el ecologista David Rothschild, para denunciar el abuso de plásticos en el mundo actual y la contaminación que están provocando en los océanos.


Rothschild y otros cinco tripulantes navegan en un catamarán de 20 metros de largo para cuya construcción se han utilizado 12.500 botellas de plástico recicladas. Con esta expedición se quiere llamar la atención sobre la necesidad de reciclar materiales y probar que los productos fabricados con materia prima reutilizada son completamente fiables.


FABRICACIÓN ECOLÓGICA

El casco de la embarcación, la cabina de mando y la cubierta están fabricados con srPet (self-reinforcing Pet) o Pet reforzado, un material que no solo ha dado nueva vida a los residuos procedentes del reciclaje sino que, a su vez, es completamente reciclable. Los cascos, cabinas y cubiertas de los barcos convencionales están realizados en fibra de vidrio, un compuesto que no se puede reciclar. Además, el Plastiki lleva colocadas miles de botellas de plástico tratadas en su línea de flotación para ayudarle en su navegación. El tratamiento aplicado consiste en vaciar las botellas y estrujarlas para colocar después dentro de cada una de 12 gramos de hielo seco que, con el calor, se gasifica en dióxido de carbono que presuriza la botella. También los mástiles han sido fabricados con aluminio reciclado. La cola usada para unir algunas de las partes de la embarcación tiene como ingredientes anacardos y caña de azúcar.


La electricidad se obtiene a través de paneles solares instalados sobre el techo de la cabina, y por energía eólica a través de un aerogenerador en popa. También ayuda el pedaleo de dos bicicletas estáticas que la tripulación utiliza para hacer ejercicio. Finalmente, el barco cuenta con una desaladora para transformar el agua marina en agua potable.



En su periplo marino, la misión atravesará una mancha conocida como ‘Great Pacific Garbage Patch’, una enorme acumulación de basura que se extiende desde las orillas californianas del océano Pacífico hasta la costa australiana y que está formada fundamentalmente por plásticos. Desde Adventure Ecology se recuerda que entre el 60 y el 80% de la polución que se encuentra en los mares tiene su origen en los objetos de plástico que desecha la sociedad y que no para de fabricar.

La expedición partió de la bahía de San Francisco el 22 de marzo en una travesía que se calcula de tres meses.


El recorrido llevado hasta ahora, el libro de a bordo, los testimonios de los tripulantes, así como sus fotografías y vídeos se pueden seguir en su página web, donde además se explican los problemas de la contaminación marina. El viaje del Plastiki emula la gesta del Kon Tiki, la balsa de madera realizada siguiendo la tradición de los indios incas, con la que el navegante noruego Thor Heyerdalh logró recorrer en el año 1947 casi 7.000 kilómetros (unas 13.000 millas naúticas) por las aguas del océano Pacífico. El recorrido del Plastiki es algo menor: unas 11.000 millas naúticas en las duras condiciones de agua, sol, viento y lluvia del Pacífico y durante las que los tripulantes testarán productos ecológicos de protección solar de la marca Kielh’s, patrocinadora de la expedición.