Paso adelante del Ejea ante el Sariñena

El conjunto de Loreto se reencuentra con el triunfo tras ser superior a su rival.

Ejea: Santos, Nacho Gómez, Rubén Pérez, Laguarta, Osanz, César (Recio, 60), Ramón, Gimeno (Pascual, 78), Jorge Giménez, Edu Silva (Guerra, 68') y Ros.

Sariñena: Fran, Viera, Visanzay (Buenacasa, 46), Edu Ruiz, Marcos, Schuster, Moreira (Trincado, 74), Villellas, Mika, Marqués (Ramón, 58) y Roger.

Goles: 1-0, min. 13: Gimeno. 2-0, min. 38: Edu Silva. 2-1, min. 48: Mika, de penalti. 3-1, min. 64: Rubén Pérez.

Árbitro: Lara Ajona. Mostró tarjeta amarilla al visitante Moreira.

El Ejea consiguió el sábado un triunfo muy importante en un duelo de urgencias, después de dos jornadas consecutivas en las que se había quedado sin puntuar.

El conjunto de Loreto se impuso con bastante solvencia y hurgó en la herida del Sariñena, que no vence desde la primera jornada ante el Tamarite.

El Ejea empezó bien el encuentro, más asentado sobre el terreno de juego y con llegadas a la portería de Fran Navarro. En un partido que se presuponía de mucho respeto entre ambos equipos, el Ejea fue el primero en golpear por medio de Gimeno. Su gol, desde casi el centro del campo al ver a Fran Navarro adelantado, puso en ventaja a los cincovilleses al cuarto de hora del partido.

Jugó a partir entonces el Ejea con más tranquilidad y lo intentó el Sariñena, pero se encontró con un mazazo en forma de gol poco antes del descanso. Edu Silva puso muy cuesta arriba el encuentro para los de Quique García con un tanto de tiro cruzado.

Tomó una bocanada de aire el Sariñena a los pocos minutos de la segunda parte. Lara Arjona señaló penalti por manos en el área del Ejea y Mika no falló para acortar distancias.

Pero a partir de ese momento el cuadro de Loreto no se vino abajo y no le concedió al Sariñena la oportunidad de hacer daño. Ninguno de los dos equipos tuvo aproximaciones peligrosas a las áreas hasta que Rubén Pérez marcó el tercer y definitivo tanto.

De ahí al final, aunque se sucedió alguna ocasión, no hubo más goles por la falta de puntería.