Los petardos y los fuegos artificiales suelen poner el broche de oro a las fiestas de Navidad, sobre todo en las celebraciones de fin de año. Y aunque son muchos los que disfrutan con esta tradición, no es el caso de las mascotas, ya que los sonidos bruscos y fuertes les provocan estrés y nervios que en ocasiones pueden ser difíciles de controlar. El vocal del Colegio de Veterinarios de Madrid, Manuel Lázaro, ha indicado que al menos un 30% de los perros sufren con este tipo de ruidos, "ese miedo puede ser leve o llegar a una fobia que les lleva a romper y arañar puertas, saltar desde una terraza o escaparse del parque con el riesgo de que les pueda atropellar un coche".