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YMCA, una experiencia para siempre

La Escuela de liderazgo de YMCA forma y activa a jóvenes para que sean capaces de transformar el mundo desde el compromiso y la responsabilidad.

Ana Bueno, voluntaria de YMCA desde 2016, en una de las actividades de la asociación.
Ana Bueno, con gorra, voluntaria de YMCA desde 2016, en una de las actividades de la asociación.
YMCA

Desarrollar el potencial de niños y jóvenes, favorecer un entorno adecuado para su crecimiento y fomentar la responsabilidad social es la misión de YMCA. Para lograrla, según Belén Portolés, directora de la organización en Aragón, debemos “creer de verdad en ese enorme potencial que hay en cada uno de ellos y ellas”. Lo hacen a través del desarrollo integral de la juventud, incidiendo en todo lo que afecta a la vida de un joven: su familia y entorno, el acceso al empleo y la formación, su tiempo de ocio y el desarrollo de habilidades a través de experiencias que fortalezcan sus valores y capacidades.

De ese compromiso con el desarrollo del potencial de los y las jóvenes nace la Escuela de Liderazgo YMCA que, en palabras de Portolés, “busca dar a cada joven las herramientas y habilidades necesarias para ser capaces de impulsar ideas, planificar acciones, involucrar a otras personas, coordinarse y, en definitiva, liderar la transformación de su entorno”. Todo ello porque en YMCA están convencidos de que “en la juventud está la clave para lograr una sociedad mejor para todas las personas. Nuestra vocación es ser el cauce de su desarrollo y compromiso”, añade.

Juventud con valores

“Las personas que forman parte de la asociación y los valores que compartimos son los dos grandes pilares de YMCA”, señala la directora de la organización al hablar de las señas de identidad presentes en todas sus actividades: la transformación, la innovación, la transparencia, la eficiencia, la internacionalidad, la independencia y el respeto. Virtudes que Ana Bueno, joven voluntaria desde 2016, reconoce que le ayudan en su vida diaria. “Colaborar en los proyectos de YMCA para mí supone un desarrollo y un crecimiento tanto personal como profesional”, remarca.

La Escuela de Liderazgo fue la puerta de entrada de Ana en YMCA, “pero en cuanto conocí lo que hacían, me comprometí como voluntaria y hoy sigo haciéndolo”, reconoce. Ella es una de los cientos de chicas y chicos que participan en las actividades de esta organización con presencia en 119 países y que este pasado verano celebró el 175º aniversario de su fundación.

Esta joven colabora en numerosas actividades que van desde preparar la ambientación para el día de visita de los Reyes Magos, ayudar en la descarga y almacenaje de alimentos para las familias en uno de los centros de YMCA, o realizar actividades de ocio para niños y jóvenes. De su participación como voluntaria, Ana resalta que le sigue sorprendiendo “cómo algo que puede parecer tan pequeño, como ir un día a la semana a jugar con niños en la ludoteca o donar 20 euros para que un niño disfrute de una semana de campamento, supone un cambio tan enorme en la vida de ese pequeño y de su familia”.

Ana Bueno es una de las voluntarias que pone voz a la campaña de sensibilización que YMCA ha puesto en marcha junto al Instituto Aragonés de la Juventud (Gobierno de Aragón) bajo los lemas 'YMCA, una experiencia para siempre' y 'Contigo hacemos el mejor equipo del mundo', para animar a otros jóvenes como ella a desarrollar su potencial y liderar ese mundo mejor que todos y todas deseamos.