Una ceremonia a medida de los novios

Formalizar la situación de la pareja ante la Ley es el principal objetivo de los enlaces de carácter civil. Suele tratarse de ceremonias más rápidas y menos protocolarias que las que se ofician en la iglesia y se desarrollan en instituciones públicas o ante notario autorizado. Si se celebran en los ayuntamientos, lo habitual es que case el alcalde o cualquiera de los concejales, en quienes el primer edil suele delegar esta función. Si es en los juzgados, oficiará la ceremonia el juez. En ambos casos, lo primero que hay que hacer es acudir al Registro Civil para abrir el proceso legal correspondiente, pues los trámites son iguales.

Hay instituciones que tienen espacios específicos para albergar este tipo de celebraciones y que permiten a su vez, alargar un poco más el proceso legal que tan solo dura diez minutos. Cabe tener en cuenta que ese tiempo es el que se dedica a leer los artículos 66, 67 y 68 del Código Civil, en los que se enumeran los derechos y los deberes de los cónyuges. También se contempla el intercambio de alianzas.

Allegados: emotivas palabras

Cuando se piensa en bodas por lo civil vienen a la cabeza paisajes en plena naturaleza o bonitas carpas anexas al restaurante donde tendrá lugar el banquete. Esto es porque son muchos los novios que separan el acto legal del matrimonio de la celebración, donde se aprovecha a incorporar lecturas de los invitados o canciones emblemáticas para los novios, creando una atmósfera única y emotiva. Allegados: emotivas palabras

Poesías, recuerdos, dedicatorias y, en definitiva, discursos cargados de emotividad son los que marcan la diferencia en las celebraciones de carácter civil, en las que algunos amigos y familiares toman la palabra para sorprender y conmover a los novios en un día inolvidable para ellos.

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