en colaboración con cafés orús

Un delicioso y puntero referente aragonés

Esta empresa familiar de más de un siglo de andadura se encuentra volcada en la calidad de sus productos y procesos contando siempre con máquinas tostadoras de última generación.

De izquierda a derecha: Laura Marco, responsable de Comunicación; José María Marco Mateo, presidente; y Álvaro Marco, director general de Cafés Orús.
De izquierda a derecha: Laura Marco, responsable de Comunicación; José María Marco Mateo, presidente; y Álvaro Marco, director general de Cafés Orús.

La historia de Cafés Orús comienza en el año 1900 en una pequeña tienda de coloniales en la calle Escuelas Pías de Zaragoza fundada por Joaquín Orús, donde se comercializaban todo tipo de productos de ultramar, entre ellos el café. Fue tres décadas después, en 1930, cuando este negocio familiar se orientó exclusivamente hacia el café y se trasladó a un nuevo y más amplio local en la calle de Escoriaza. En la década de los setenta se mudó definitivamente a las actuales instalaciones en el polígono el Portazgo. Hoy, Cafés Orús produce 1.600 toneladas de café, tanto en grano como en molido, cápsulas compatibles, cafés solubles y azúcar. Como expone su presidente, José María Marco Mateo, "nuestra filosofía no consiste en pretender ser los primeros, en cambio sí en resultar los mejores, como así creemos haberlo logrado".

Los 120 años de andadura de esta empresa familiar no han sido un camino de rosas. En la década de los cuarenta, el fundador de Cafés Orús y José María Marco Acón, que se había incorporado años antes a la dirección del negocio, tuvieron que hacer frente a tiempos difíciles: al aislamiento de España tras la Guerra Civil se sumó que el café fue declarado producto de Comercio de Estado, solo al alcance de unos pocos. Pese a las dificultades, la empresa continuó creciendo, con la ampliación de sus instalaciones en los años cincuenta, así como la incorporación de las primeras tostadoras de café de aire caliente. Fue en 1975 cuando se incorporó como financiero José María Marco Mateo, hijo de José María Marco Acón, tercera generación en el negocio.

"Una selección de las mejores materias primas y el uso de la mejor tecnología en el tratamiento del tueste y envasado del café siempre han sido la nota dominante en nuestra compañía", explica Laura Marco, responsable de Comunicación de la empresa.

En 1981 todo cambió de forma radical: se liberalizó en España el mercado del café. Hasta ese año, el Estado lo controlaba en régimen de monopolio y era el único importador posible. La diferencia fue tan grande que muchos torrefactores cerraron: de unos 800 tostadores censados en la década de los ochenta en España, quedaron poco más de 250.

En 2014 se incorpora a la gestión Álvaro Marco, cuarta generación en la compañía. "Queremos seguir diferenciándonos como una empresa volcada en la calidad de sus productos y procesos –afirma el directivo–, integrando las tecnologías más punteras y aprovechando una transición a lo digital que nos permita seguir siendo un referente para todos nuestros consumidores". 

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