Un atuendo para cada novio

La indumentaria del novio es un aspecto más que importante en una boda y su elección puede condicionar también la vestimenta del padrino y los testigos. El traje es la opción más elegida porque es una prenda que se puede volver a utilizar en posteriores ocasiones. Se deben tener en cuenta aspectos como la tonalidad de la americana, el pantalón y el chaleco. Los colores oscuros como el negro, el azul marino o el gris marengo son los más tradicionales para las dos primeras prendas, pero se están abriendo camino otros como el burdeos, el azul claro o el beige para los enlaces estivales. El chaleco debe ir acorde al resto del traje, siendo recomendable que sea dentro de su misma gama cromática.

Frac, chaqué o esmoquin

Además del traje, el novio tiene otras opciones a la hora de vestirse el día de su boda. El frac, el esmoquin y el chaqué encierran numerosas posibilidades. El frac es la prenda de máxima etiqueta y está compuesto por una levita con solapas de seda corta por delante y con faldones en forma de pico. No pueden faltar la pajarita blanca y el chaleco de piqué color marfil.

El protocolo marca que si el novio lleva chaqué, deben hacer lo propio tanto los testigos del enlace como el padrino de la boda. Se compondrá de una levita negra o gris marengo, chaleco, pantalón, camisa blanca o de colores claros, corbata y pañuelo, en los que se puede innovar. Por último, el esmoquin es la prenda perfecta para atreverse con una pajarita más moderna junto con un atuendo de chaqueta con solapas.

¿Cómo llevar el traje? Abotonado ¿sí o no?

Una de las dudas que siempre surge en el vestuario masculino es si abotonarse la americana o no. Si la chaqueta es de tres botones, nunca se abotona el de más abajo; si es de dos, solo el superior y en el caso de que sea de uno, nunca se desabrochará.

El abotonado del chaleco también es motivo de controversia. Los expertos en protocolo aconsejan no abrochar el botón inferior, pero sí el resto.

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