Todo el mundo tiene derecho a acceder a su hogar sin problemas

Cuando una persona con discapacidad emprende la tarea de buscar una vivienda de obra nueva, es frecuente pensar que se fijará en si la finca está adaptada, pero nada más lejos de la realidad. Esta exigencia es un hecho desde hace varios años gracias a que la legislación en materia de construcción incluye varios requisitos que deben cumplir los edificios para considerarlos accesibles.

Las principales dificultades con las que se encuentran las personas con discapacidad cuando están en una casa son de tres tipos. En primer lugar, están las de movilidad, que les complicarán los trayectos, sobre todo, en las zonas comunes. La mejor solución es construir estos espacios sin escalones que dificulten el movimiento. Por otro lado, se encuentran los problemas visuales. El lenguaje braille y los avisos sonoros serán los grandes aliados de las personas que los sufran. Además, se debe evitar colocar muebles en los posibles itinerarios de paso, ya que supondrán un obstáculo para los invidentes.

Cuando la casa es habitada por una persona sorda, las necesidades acústicas se acentúan y elementos como los timbres se deben sustituir por avisos luminosos o de vibración.

La tecnología ha hecho mucho en pro del acceso a la vivienda de las personas con discapacidad. Un domicilio domotizado facilitará el día a día de las personas que lo habiten. Abrir puertas, ventanas, persianas o grifos es una acción que no puede hacer todo el mundo y, si se automatiza, puede mejorar la autonomía. La seguridad de los usuarios es otra de las razones para que este colectivo lo instale en sus viviendas. Estos dispositivos suelen ir acompañados de sistemas de teleasistencia que facilitarán que puedan ser ayudados en caso de necesitarlo.

para todos los bolsillos A la hora de domotizar un hogar existe un amplio abanico de dispositivos, cuyo coste varía dependiendo del tipo de instalación que se haga y las funciones que abarque. No obstante, más allá de la tecnología, hay opciones que facilitan las adaptaciones para las personas con discapacidad cuyo precio no suele ser muy elevado.

La habitación que más se suele reformar para conseguir la adaptación es el baño. Las dificultades de movilidad hacen que los propietarios opten por colocar en lugares estratégicos, como la ducha, que es mejor que una bañera atendiendo a su accesibilidad, soportes en los que poder apoyarse en caso de necesitarlo. La cocina es otro de los espacios en los que se suele actuar, bajando armarios, colocándoles dispositivos que faciliten su apertura o domotizando los electrodomésticos. Para poder acceder a todas las habitaciones, sobre plano, se puede escoger que las puertas tengan una anchura superior que permita entrar con una silla de ruedas. 

Inteligencia artificial en pro de un edificio para todos

La inteligencia artificial es una de las tecnologías más en boga en la actualidad y los responsables de la accesibilidad de las viviendas comienzan a utilizarla para mejorar las condiciones de los hogares y hacer partícipes a los vecinos del estado de los edificios. En unión con el Big Data, puede suministrar una información muy interesante sobre las necesidades reales de las personas, más allá de las exigencias legales contempladas en el Código Técnico de la edificación.

En este sentido, la aplicación ‘Zero barreras’, creada por Fundación Mutua de propietarios y que se puede utilizar a través del teléfono móvil, permite al usuario tomar datos reales sobre la accesibilidad de su propio edificio y conocer el resultado al instante. Así, las comunidades de propietarios que la empleen podrán hacerse cargo de las necesidades reales que existen en su hogar, ya que los vecinos pueden dejar comentarios sobre las mejoras que consideran necesarias en las zonas comunes.