Todas las claves para conseguir ciudades y pueblos más sostenibles y respetuosos

Si nada más leer este artículo, teclea en su buscador de Google la palabra movilidad urbana sostenible, le saldrán más de 37 millones de resultados, lo que permite hacerse una idea de la importancia que este concepto tiene entre los ciudadanos.

Impulsar la movilidad sostenible en las ciudades es uno de los principales retos que las grandes urbes están afrontando para conseguir que los ciudadanos tengan un lugar más eficiente donde vivir, pero, sobre todo, más seguro y saludable.

Para ello, las instituciones públicas y entidades privadas apuestan, cada día más, por crear ciudades inteligentes gracias al uso de nuevas tecnologías de aplicación directa en los sistemas de transporte como el Big Data, el internet de las cosas, plataformas de movilidad o la conducción autónoma. Herramientas que, en muchos casos, sirven para recopilar y analizar la enorme cantidad de datos que generan, segundo a segundo, vehículos, peatones, semáforos y otras piezas que conforman el entramado del tráfico urbano.

Además, en este nuevo ecosistema digital cobran especial importancia los derechos de los usuarios (incluyendo la accesibilidad, la seguridad y la privacidad de datos), así como los criterios de sostenibilidad, la neutralidad tecnológica o la transición justa para empresas y trabajadores.

Un gran reto

 Y esta es la principal razón de ser de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, publicada el 17 de septiembre de 2020, conocida también como ‘es.movilidad’ y que constituye el marco que guiará el debate de la movilidad en España.

Una estrategia muy necesaria ante la creciente masificación de las grandes ciudades. Una tendencia en alza que, además de suponer un gran reto para la movilidad urbana, lo es de cara a la salud del planeta.

Entre sus principales retos está el ofrecer a todos los ciudadanos, en todos los lugares donde vivan, soluciones de movilidad alternativas al vehículo privado y promover políticas de desarrollo urbano y movilidad basadas en criterios de cercanía. 

¿Sobre qué pilares se asienta el futuro?

Movilidad sostenible

Caminar es la mejor alternativa para favorecer la movilidad sostenible, pero hay otras, como la bicicleta, que no es únicamente un modo de transporte más. Su utilización produce valor en términos de movilidad y también de habitabilidad, salud y medioambiente. Por su parte, los vehículos eléctricos representan la movilidad del futuro.

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Movilidad compartida

Los expertos calculan que alrededor del 40% del tráfico que se produce en el centro de las ciudades se debe a la búsqueda de aparcamiento. De ahí la importancia de apostar por el transporte comunitario e incluso la posibilidad de compartir coche en lugar de conducir cada uno el suyo. Así, se reduce el tráfico y la emisión de gases contaminantes.

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Vehículos autónomos

Un coche autónomo puede recoger a un usuario y dejarlo en su destino utilizando la mejor ruta, lo que permite reducir el tráfico y mejorar la calidad del aire. Es completamente eléctrico, por lo que no realiza ninguna emisión de gases a la atmósfera, aunque esto no quiere decir que sea 100% sostenible, a menos que la recarga de la batería provenga de fuentes limpias.

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Movilidad conectada

La gran apuesta que se ha llevado a cabo en los últimos años con respecto al Internet de las Cosas (IoT) ha permitido que todos los elementos implicados en la circulación se comuniquen entre sí: vehículos, semáforos, señales, etc. Además, el despliegue del 5G permitirá informar sobre plazas de aparcamiento libres o peligros fuera del campo de visión.

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