‘Energía asequible y no contaminante’ es el nombre del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 7 de la Agenda 2030, un concepto hacia el que caminan cada vez más organizaciones, pero en el que aún queda camino por recorrer. El programa que establece la Organización de Naciones Unidas constituye una hoja de ruta indisociable de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), marcando el camino a seguir y los retos a lograr en ámbitos fundamentales del día a día de las organizaciones.

"Es necesario prestar una mayor atención a las mejoras para el acceso a combustibles de cocina limpios y seguros y a tecnologías para 3.000 millones de personas para expandir el uso de las renovables más allá del sector eléctrico e incrementar la electrificación en el África subsahariana", recoge la ONU.

En cuanto a los datos a este respecto, destaca el de que el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad, así como que la contaminación del aire en locales cerrados debido al uso de combustibles para la energía doméstica causó 4,3 millones de muertes en 2012.

Los retos sobre la materia inciden en la importancia de aspectos como duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética y aumentar considerablemente la proporción de las renovables en el conjunto de las fuentes energéticas.

Trabajo decente

"Los hombres ganan un 12,5% más que las mujeres en 40 de los 45 países de los que se tienen datos" y "en todo el mundo, en 2016, el 61% de los trabajadores tenía un empleo no regulado". Ambas son dos de las cifras más reveladoras que recoge la ONU en lo relativo al ODS 8, que, junto al crecimiento económico, aborda el trabajo decente, uno de los grandes pilares de las políticas de RSC que desarrollan las empresas.

Asimismo, afirma que, en el conjunto del planeta, la brecha salarial de género se sitúa en el 23% y, si no se toman medidas, se necesitarán otros 68 años para lograr la igualdad salarial. Por otro lado, el objetivo que marca el organismo es lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluyendo a los jóvenes y a las personas con discapacidad; así como la igualdad de remuneración por el trabajo de igual valor.

También pone el foco en la necesidad de proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los migrantes, como otro de los desafíos.

Acción por el clima

El 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos y marcó el final de la década más calurosa jamás registrada. El dato habla por sí solo y hace referencia al cambio climático, un fenómeno con graves consecuencias para el planeta, transversal a toda la Agenda 2030 pero cuyas particularidades se abordan con detalle en el ODS 13, que lleva por título ‘Acción por el clima’.

Entre las cifras más reveladoras cabe subrayar el aumento de 0,85 grados de la temperatura media mundial entre 1880 y 2012 o el incremento de casi un 50% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono desde 1990.

El gran reto que marca el órgano en este sentido es fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en los países, y aboga por incorporar más medidas relativas al cambio climático en las políticas nacionales. Por último, también hace hincapié en la necesidad de mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto a la mitigación del cambio climático.