¿Realmente hacemos todo lo que está en nuestra mano por gastar menos energía?

Todo son ventajas cuando se trata de ahorro energético: se preservan los recursos naturales, se reduce la huella de carbono, se optimizan las fuentes de energía y se abarata la factura a final de mes. Por eso, y porque siempre se puede hacer algo más para disminuir el consumo, se celebra a nivel internacional el Día del Ahorro de Energía.

La iniciativa parece partir del Foro Energético Mundial celebrado en Dubai en 2012, cuando empezaban a perfilarse los objetivos de sostenibilidad de cara al horizonte del año 2030.

Como todas las fechas conmemorativas, se busca poner el foco en la divulgación y en la concienciación, en este caso acerca de las medidas y pautas que favorezcan un modelo de consumo más responsable durante todo el año. Si bien es cierto que a nivel doméstico son muchos los gestos que pueden llevarse a cabo para ahorrar energía de forma considerable, este comportamiento responsable se puede extender a cualquier ámbito de la vida cotidiana fuera de los hogares, ya sea en la oficina, en el transporte o en los desplazamientos urbanos.

Y es que, aunque se pueda llegar a pensar que ya se ha adoptado un estilo de vida suficientemente sostenible, sobre todo si se compara con el que se llevaba hace años, lo más probable es que siempre exista la posibilidad de hacer un poco más. Gracias a los avances derivados de las nuevas tecnologías y de las políticas y legislaciones encaminadas a reducir al mínimo el impacto medioambiental, se propicia seguir sumando acciones para reducir el consumo final.

Así, en cuanto a desarrollos tecnológicos, el ciudadano puede optar hoy en día por la instalación de calderas más eficientes o el doble acristalamiento de las ventanas en su vivienda, la iluminación led, el uso de energías renovables o el aislamiento de edificios, así como por la adquisición de electrodomésticos más eficientes o una nueva movilidad urbana.

En cuanto al marco legislativo, son varias las subvenciones puestas en marcha por el Gobierno de Aragón para la rehabilitación energética de las viviendas, por ejemplo, o para adquirir vehículos eléctricos. Igualmente las pymes, las grandes empresas o las explotaciones agropecuarias verían respaldadas económicamente sus actuaciones para una actividad más eficiente.

Llega el autoconsumo

También existen ayudas para quienes se decanten por el autoconsumo, modelo por el que cualquier persona o empresa puede producir electricidad para su propio consumo instalando en su hogar, local o comunidad de vecinos sistemas de generación renovable. Entre las tecnologías más utilizadas en este ámbito, ya sea a pequeña o gran escala, se encuentra la fotovoltaica, que aprovecha la luz solar para la generación de electricidad. Es un modelo competitivo en cuanto a precios y a la facilidad de adaptación de montaje sobre tejados, cubiertas o casi cualquier superficie.

Según datos de la Unión Española Fotovoltaica, aumentan considerablemente las cifras de autoconsumo fotovoltaico en España. En 2022 se instalaron 2.507 MW de nueva potencia instalada de energía solar en este tipo de instalaciones, lo que supone un incremento del 108% con respecto al año anterior. En cuanto al reparto por sectores, la mayoría, un 47%, se ha instalado en el sector industrial, un 32% en el residencial, un 20% en el sector comercial, siendo el 1% restante, autoconsumo aislado.