guía de bodas 2019

Mesa de boda

¿Qué no puede faltar en el menú?

Uno de los detalles que se cuidan minuciosamente es la decoración de la mesa.
Uno de los detalles que se cuidan minuciosamente es la decoración de la mesa.
Freepik

El acto nupcial y posterior celebración son momentos únicos, pero efímeros si se compara con la cantidad de tiempo que requieren sus preparativos. Cuanta más antelación, mayores posibilidades de escoger todos los detalles: fecha, presupuesto, lugar de ceremonia, lista de invitados, vestido y traje... Es fundamental una buena organización para que no se escape ninguna cuestión en torno a la boda.

Una de ellas es el menú con el que agasajar a todos los familaires y amigos. Una elección diferente según la época del año en la que se decida casarse. Así, en primavera y verano, por ejemplo, se tiende a ingredientes más frescos y ligeros. También, los platos que se ofrecen varían dependiendo de si la celebración de la boda se realiza durante el día o por la noche. Tanto si se busca un estilo bufé, en el que los invitados puedan ir picando y repitiendo cada uno a su antojo, o un banquete tradicional, es necesario que los novios realicen una prueba previa del menú para verificar el sabor y la calidad de los platos para decantarse por unos o por otros. Esta suele hacerse normalmente en compañía de los padres de la pareja. Sin embargo, en la decisión final siempre pesa el gusto del futuro matrimonio.

Cada vez son más las parejas que se alejan de las ceremonias y actos tradicionales en búsqueda de la innovación y experimentación que refleje su carácter pero, a su vez, permita sorprender y satisfacer las expectativas y necesidades de sus invitados. Para ello, proponemos una serie de factores básicos que no podrán faltar en el menú de boda para que esta sea inolvidable y deje, además, buen sabor de boca:

Bebidas: la carta de vinos y refrescos

Un buen vino es esencial para acompañar cualquier menú. La temporada alta de bodas se sitúa en primavera y verano, por lo que se tiende a ofrecer bebidas refrescantes y cócteles. Los espumosos son imprescindibles para el brindis. Posterior a él, se suele ofrecer una gran variedad de combinados de bebidas alcohólicas y cócteles para continuar con el festejo.

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Aperitivo o cóctel: la recepción de invitados

Debe ser ligero y no alargarse mucho. Se recomienda ofrecer sencillos canapés, tanto fríos como calientes, en búsqueda de la comodidad de los invitados, pues en su mayoría estarán de pie. Es un momento para socializar con los menos conocidos mientras se espera a los novios o a los más rezagados. Ingredientes tradicionales como el jamón o el queso siempre son bien recibidos.

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Primer plato: ¿frío o caliente?

La primera parte del banquete sirve para entrar en calor, en bodas de otoño e invierno, o para refrescar en primavera y verano. Por eso, para las primeras, suele optarse por cremas o sopas hechas a base de verduras o marisco. En cambio, el buen tiempo posibilita otras opciones como: ensaladas, cremas de patata, zanahoria o champiñones y setas, salmorejo, ‘carpaccios’, gazpachos... También es muy común el sorbete, en cualquier variante.

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Plato principal: ¿carne o pescado?

Hay quien propone ambos, intercalados por un sorbete. Eso sí, prescindiendo del aperitivo o el primer plato. Si solo se opta por uno de los dos, la carne es la gran favorita. La carne roja es la más utilizada, aunque es posible sustituirla por la de ave. El caso del pescado es muy variado: dorada, merluza, atún... Deben ir siempre acompañados con alguna guarnición o salsa para aderezar.

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Postre: el toque final

La clásica tarta gigante de merengue cortada por los novios ha pasado de moda, aunque hay quien prefiere mantener la tradición. Para los que no, un postre en el que el chocolate sea el principal ingrediente es siempre garantía de éxito: ‘brownies’, crepes, gofres... Si el chocolate no apasiona, el tiramisú o la tarta de queso son buenas alternativas. Se puede innovar otro tipo de postre con golosinas o frutas, por ejemplo.

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Decoración: para un evento especial y único

Si la boda está inspirada en una temática determinada, la mesa y sus elementos decorativos pueden seguir la misma corriente. También se pueden aprovechar los colores y productos propios de la estación del año. Escoger un gran centro de mesa con flores o velas, jugar con los tonos de los cubiertos, ser original en la presentación del menú o un detalle individualizado para cada invitado, puede sorprender y hacer la velada inolvidable para todos.

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