Situada en la convergencia de los ríos Segre, Cinca y Ebro, si algo caracteriza a Mequinenza es la influencia que el agua ha tenido en el devenir de esta población. Ubicada al este de Aragón, en la provincia de Zaragoza, y perteneciente a la comarca del Bajo Cinca, la localidad cuenta con una amplia oferta destinada, principalmente, al turismo familiar y de todas las edades.

Descendiente de las culturas íbera, romana, visigoda e islámica, de la que recibió su nombre, y rodeada de grandes masas de agua –los embalses de Ribarroja y Mequinenza–, el municipio presume de un gran potencial para realizar actividades acuáticas como la pesca, en la que es un referente a nivel internacional, y la navegación, a través de los deportes como el remo o el piragüismo.

Referente cultural

Además de por el privilegiado enclave natural, la localidad también es todo un referente en la zona por su vida cultural, amplificada por la figura del escritor universal y natural de Mequinenza Jesús Moncada, autor de la premiada novela ‘Camino de Sirga’.

Por otro lado, en la agenda del municipio también destacan las celebraciones del Mequinensa International Film Festival, el certamen de cortos que cuenta con el agua como temática principal, y del Festival de Teatro Amateur de Mequinenza.

Además, recientemente, los festejos en honor de San Blas y Santa Águeda han sido declarados como Fiesta de Interés Turístico de Aragón. La oferta cultural de la localidad la completan el espacio ‘Lo Poble Vell’, y los museos de la Historia, del Pasado Prehistórico y de la Mina.

Una gran oferta museística

El municipio cuenta con una amplia oferta museística, integrada por los museos de la Historia, del Pasado Prehistórico y de la Mina, que recoge 150 años de historia de la explotación del carbón en la cuenca de Mequinenza. Además, este espacio está formado por 1.000 metros de recorrido interior en los que es posible contemplar las duras condiciones de trabajo de los mineros, los diferentes métodos de extracción del carbón y cómo ha evolucionado la maquinaria desde el pico y la pala.

La historia de un gran castillo

Construido por la tribu Bereber de los Miknasa, nombre que llevaría Mequinenza hasta el siglo XII, el Castillo de la localidad nació como una fortaleza árabe. Tras varias conquistas, cayó en manos de Ramón Berenguer IV, pasando definitivamente a dominio de los cristianos. En el siglo XV se introdujeron las primeras reformas, y el Castillo se convirtió en residencia-palacio. Durante la Guerra de la Independencia, esta fortificación soportó tres ataques de las tropas de Napoleón y, finalmente, en 1810, fue conquistado por el mariscal Suchet, perteneciendo hasta 1814 al Gobierno francés. A principios del siglo XX, el Castillo quedó abandonado, hasta que, en 1959, la empresa Enher lo reconstruyó como residencia. Hoy en día pertenece a la Fundación Endesa.

Un gran atractivo natural

La palabra de origen catalán ‘Aiguabarreig’ designa el lugar en el que dos o más corrientes de aguas se juntan y forman una sola. Esto ocurre en Mequinenza cuando, después de que el río Cinca aporte su agua al Segre en el término municipal de La Granja d’Escarp, este torrente llega al río Ebro, formando una de las mayores confluencias fluviales de la Península Ibérica. Gracias a las infraestructuras de las que dispone, Mequinenza se ha convertido en la sede de eventos deportivos a nivel nacional. En 2019, acogerá la Copa de España de Jóvenes Promesas Infantil de Piragüismo 3.000 m, el V Campeonato de España de Embarcaciones Dobles K2/C2 Máster y una prueba de la Copa España de Triatlón, además de ser la llegada del Descenso Internacional del Cinca en Piraguas. Además, el 5 de mayo se disputará la Transebre BTT y, desde hace 13 ediciones, se celebra la Marcha Senderista Villa de Mequinenza, que recorre espectaculares entornos naturales de la localidad.

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