"Me gustaría seguir consiguiendo que la gente escuche jota"

Beatriz Bernad y su compañero y amigo Nacho del Río llevan más de 25 años subidos a los escenarios, deleitando a todos con su portentosa voz y su conocimiento del mundo de la jota, adquirido después de muchas horas de estudio y dedicación. Razones que les han hecho merecedores del Premio de la Música ex aequo en la VIII edición de los Premios Artes & Letras que concede anualmente HERALDO.

Más de un cuarto de siglo en el que Beatriz no ha dejado nunca de avanzar y recordar los consejos de su gran maestro, Jesús Gracia, que fue quien le presentó a Nacho. "Mi trayectoria la definiría como un gran esfuerzo para mantener mi voz perfecta, pero sobre todo un gran trabajo de investigación, de aprender y de estudiar las diferentes tonadas y los distintos cantadores y cantadoras de nuestra historia para conocer y poder enseñar y mostrar este arte que es la jota".

Un arte que ella, de manera individual y también conjunta, con su inseparable Nacho del Río, ha llevado por todos los rincones que ha tenido ocasión, porque, como bien repite una y otra vez, "me gustaría seguir consiguiendo que la gente siga escuchando jota y no la abandonen, que se pueda comparar a cualquier música de la actualidad".

Y para ello, el hecho de que la jota haya sido nominada para conseguir ser Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad es una grandísima noticia, ya que "supone el reconocimiento a un trabajo desde sus inicios hasta ahora. Pero, sobre todo, permitiría colocarla en el lugar que se merece como disciplina", asegura Beatriz, todo un referente de la jota cantada. 

Una artista en el más amplio sentido de la palabra, que llena el escenario con su presencia y que, una y otra vez, sorprende a los espectadores con su voz, a la vez que demuestra sus amplios conocimientos sobre la jota, razones más que suficientes para obtener este premio, que supone para ella "una inmensa alegría, ya que es el reconocimiento a mi trabajo durante tantos años. Este es especial, porque es la primera vez que mi compañero Nacho y yo lo recibimos juntos, así que la satisfacción es doble", asegura esta lecerana, cuyas primeras lecciones las recibió, en su localidad de origen, a la temprana edad de 4 años, de la mano de Pilar Sanz, siendo ya galardonada con numerosos premios en varios concursos.

Una trayectoria, la suya, que es una historia de amor con mayúsculas por la jota, su gran pasión.