Cursar un máster tras terminar el grado universitario se ha convertido en una opción cada vez más habitual entre los estudiantes españoles. Desde la implantación del Plan Bolonia, que modificó la duración y el planteamiento de los programas formativos, son muchos los que deciden ampliar y completar su educación universitaria, contando así con un nivel mayor de especialización en determinada materia y una diferenciación con respecto a otros candidatos de cara a la inserción en el mundo laboral.

Además, existen algunos grados que requieren de un máster habilitante para poder ejercer como profesional, como los de abogacía, docente de educación secundaria, ingeniería industrial o arquitectura.

cómo elegir

En lo que a estos estudios se refiere, en España se podría hablar de tres opciones diferentes: los másteres de carácter oficial, los de tipo profesional o los títulos propios. Para acceder a todos ellos es necesario contar con la acreditación de graduado, aunque en algunas universidades y centros formativos también se puede acceder a ellos si se demuestra determinada experiencia en el campo de las actividades relativas a dicho estudio.

Antes de escoger entre todos ellos, es importante identificar las inquietudes del estudiante de cara a esa titulación. Aunque todos suponen una ventaja en el mercado laboral y permiten ampliar conocimientos o desarrollar nuevas habilidades, algunos dan respuesta a necesidades más concretas.

Un máster oficial, por ejemplo, es aquel que está acreditado por el Ministerio de Educación y homologado en todos los países del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Es un requisito indispensable para todos aquellos que posteriormente quieran acceder a un doctorado, además de puntuar si se quiere acceder a una puesto de trabajo de carácter público.

Los másteres de carácter profesional o títulos propios, por su parte, dependen del centro que los imparta y no suelen estar acreditadas por el EEES, aunque no por ello resultan menos interesantes que otras opciones de carácter oficial.

Estas titulaciones están muy enfocadas al mundo laboral y dan respuesta a muchas de las demandas y necesidades de las empresas. Además, al no depender de los trámites oficiales, se adaptan y actualizan con más agilidad. Así, pueden ser el complemento idóneo para alcanzar a un puesto de trabajo de mayor rango, actualizar o adquirir competencias o acceder a nuevas oportunidades profesionales.

mayor inserción laboral

Según el informe ‘Panorama de la educación 2021’, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es, junto a Francia, Italia y Portugal, uno de los países en el que el porcentaje de población adulta con estudios de máster o equivalente supera al de quienes ostentan un título de grado o equivalente. Más en concreto, un 15,9% de la población de entre 25 a 64 años cuenta con esta titulación superior, frente al 10,9% que posee un grado.

Sobre estas cifras, argumenta el informe, "se encuentra la estructura de los estudios terciarios en España antes del proceso de Bolonia, pues la titulación de Licenciatura pasó a clasificarse como CINE 7 dentro de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación".

La apuesta por este tipo de estudios está también estrechamente ligada con la inserción laboral: en España, las probabilidades de tener un trabajo son más altas para aquellas personas adultas con niveles más elevados de educación terciaria, o lo que es lo mismo, aquellos que han cursado estudios en las universidades o en las instituciones de formación profesional superior.

Así, el informe apunta que un 77% de las personas adultas españolas con un programa de ciclo están empleadas; porcentaje que se va elevando en los sucesivos niveles: un 79% en los títulos de grado, un 83% en los títulos de máster y un 90% en los de doctorado.