premios heraldo del campo

Más de seis décadas de trabajo buscando el bien común de sus cerca de 150 socios

La Sociedad Cooperativa Agraria San Sebastián (Cosanse), situada en La Almunia de Doña Godina, es todo un referente del sector desde su fundación en 1955. Su reto es conseguir que sus intervenciones permitan a sus socios seguir ganando en eficiencia y productividad

Víctor Manuel Martínez, a la Izda, y Adolfo Aragüés, director de la Federación de Cooperativas Agroalimentarias.
Víctor Manuel Martínez, a la Izda, y Adolfo Aragüés, director de la Federación de Cooperativas Agroalimentarias.
Aránzazu Navarro.

Buscar el bien común de sus socios, a la vez que se apuesta por la modernización y profesionalización de la gestión desde el campo a la central y la almazara. Estos son los principales pilares sobre los que se asienta el trabajo de la Sociedad Cooperativa Agraria San Sebastián (Cosanse), situada en La Almunia de Doña Godina, y que le permiten afrontar sus retos actuales y futuros. Un trabajo que ha sido merecedor del galardón Impulso Cooperativo en la IV edición de los Premios HERALDO DEL CAMPO.

"El que se reconozca a Cosanse con este premio supone un respaldo a nuestra forma de pensar y trabajar, que se ha trasmitido por generaciones y que creemos que es la forma que permite a los pequeños y medianos fruticultores seguir viviendo de sus explotaciones frente a los grandes capitales externos que están entrando en el negocio y que distorsionan la realidad", indica Víctor Manuel Martínez, presidente de esta entidad cooperativa.

Y dentro de su línea de trabajo, la innovación e investigación tienen cada vez mayor importancia. "Lo hacemos desde el campo, con el desarrollo de nuevas variedades que se adaptan a las necesidades actuales de los cultivos y a las preferencias de los consumidores y también con el desarrollo de nueva maquinaria y equipos que permitan ganar eficiencia y productividad", apunta su presidente, quien recuerda que la central hortofrutícola sigue siendo «el corazón de la cooperativa, ya que que supone el mayor volumen de trabajo e ingresos para nuestros socios».

Cambios en la producción

Cambios que permiten evolucionar, ya que, desde la fundación de la cooperativa en 1955, "se han ido moldeando las explotaciones de los socios, dejando por baja rentabilidad la producción vitícola y desplazando la producción de oliva para aceite, lo que hace que contemos con casi 900 hectáreas de frutales de unos 150 socios que, en años normales producción, producen cerca de 20.000 toneladas", indica su máximo responsable, quien durante estos últimos años al frente de la cooperativa ha tenido que hacer frente a los duros momentos de la pandemia, en los que consiguieron sacar adelante la campaña sin mayores incidencias. "A día de hoy podemos decir que los efectos han sido superados y nos encontramos con otros factores que están afectando mucho más que la covid a nuestra actividad y resultados", concluye.

Distinción de honor

Premio de Bodegas San Alejadro.

Bodegas San Alejandro

Bodegas San Alejandro (BSA) es una bodega cooperativa fundada hace 60 años en Miedes por un grupo de viticultores que "buscaban defender un bien común y se ha convertido en la unión de más de 185 familias que trabajan unas 1.200 hectáreas de viñedo, principalmente de garnacha. Representa un tercio de toda la superficie de viñedo de la D.O. y más del 50% de la comercialización. Exportamos el 85% de nuestra producción a más de 45 países". De esta manera explica Yolanda Díaz, su directora, los orígenes de esta bodega, que ha sido merecedora de una Distinción de Honor en la categoría de Impulso Cooperativo en la IV edición de los premios HERALDO DEL CAMPO.
"Un pequeño cambio de cada una de las personas que formamos parte de una cooperativa puede mover montañas. Por eso, recibir este galardón es un reconocimiento que nos impulsa a todo el equipo de BSA en esa dirección y nos sitúa entre profesionales del más alto nivel. Es un reconocimiento que reafirma que, con esfuerzo, es posible alcanzar modelos de gestión empresarial y social capaces de asumir los retos del futuro", indica Díaz, quien insiste en que "somos distintos por naturaleza: la de nuestros viñedos y la humana del equipo que está detrás y que está lleno de pasión y talento humano".
Con su plan estratégico por la excelencia, están desarrollando una política medioambiental con objetivos que enfocan sus acciones a garantizar la protección ambiental y vegetal. "Dentro de este compromiso por la sostenibilidad, apostamos seriamente por la agricultura ecológica, contando, en este momento, con casi 400 hectáreas de viñedo ecológico, que nos convierten en la bodega en Aragón con mayor superficie dentro de esta categoría. Además, hemos obtenido la certificación europea ECO-Prowine", concluye.

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En la imagen, Arturo Ferrer y Miguel Martínez, junto con Adolfo Aragüés.

Cooperativa de Valdealgorfa

"Los valores sobre los que nos asentamos pasan por defender nuestro producto y no depender de un tercero que se encargue de transformarlo y comercializarlo. Queremos ser nosotros, como agricultores, los que lo hagamos". Antonio Sancho, responsable de Ventas y Márquetin de la Sociedad Cooperativa Oleicola Aragonesa de Valdealgorfa, tiene muy claro el papel que desempeña esta entidad, que se fundó en el año 2000 sobre la base de otra cooperativa y que, en la actualidad, defiende los intereses de 96 socios. Un trabajo que les ha hecho merecedores de una Distinción de Honor en la categoría de Impulso Cooperativo, que recibieron de manos de Adolfo Aragüés, director de la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón.
"Un premio que supone un valor añadido para nosotros, porque permite que se nos conozca y llegar a más gente, a futuros clientes", indica Sancho.
Sus dos marcas comercializadoras, Palacio de Andilla y Val de Oro, se han convertido en todo un referente en el mercado nacional de los productos oleicos, no solo del aceite, si no de otros derivados de la aceituna, entre los que se incluyen unos deliciosos patés. Un volumen de ventas que depende, como todo lo relacionado con el sector de la alimentación, de "las lluvias y el estado del árbol, lo que hace que el negocio oscile entre un millón o los tres millones de euros en los años de más bonanza", explica Sancho.
Junto con la venta directa, la cooperativa también apuesta por el e-commerce (www.aceitebajoaragon.net), y lo hacen poco a poco, ya que «a la gente todavía le cuesta comprar por esta vía, aunque las ventas, a raíz de la pandemia, se han incrementado», apunta Sancho, quien recuerda que las parcelas agrícolas de sus 96 socios están inscritas en los registros del Consejo Regulador de la D.O. Aceite del Bajo Aragón.

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Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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