"El futuro del campo solo tiene un camino, el de la integración cooperativa". Así de rotundo se mostró en la presentación de la cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos, de Alcañiz, su gerente, Mariano Mínguez, quien acudió a la gala de los III Premios Heraldo del Campo para recoger el Accésit en la categoría de Impulso Cooperativo.

Creada en 1946 por un grupo de agricultores alcañizanos, la cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos nació en una antigua posada de la localidad con el fin de unir esfuerzos en pro del bien común. Poco a poco, la cooperativa fue creciendo hasta convertirse en un pilar esencial de la producción agraria en el Bajo Aragón, ya que cuenta con más de 2.350 socios de 41 localidades.

En la actualidad factura 15,6 millones de euros y en sus instalaciones, de 15.000 metros cuadrados, se desarrolla su actividad, que está dividida en siete secciones: cereales, forrajes, fitosanitarios, fertilizantes, piensos, maquinaria y línea de crédito para sus asociados.

A lo largo de los años que lleva en activo, la cooperativa ha puesto en marcha novedosas actividades, todas pensadas en beneficio de sus socios y clientes. De hecho, fue la primera cooperativa agrícola de Aragón en crear un Centro Gestor de Purines y Estiércoles (CGE) que, según explican sus responsables "promueve y controla la óptima aplicación de los purines y estiércoles de distintas especies animales en las tierras de cultivo de sus socios".

Un ejemplo más de economía circular en beneficio de las personas que viven por y para el campo.

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