La inseminación artificial, clave en el progreso y la tecnificación del porcino

Uno de los principales motivos del despegue que ha experimentado la producción ganadera porcina en los últimos años reside en los avances registrados en el campo de la inseminación artificial a nivel mundial. Baste apuntar que con la monta tradicional cada verraco puede preñar a una cerda pero, gracias a los nuevos procesos inseminadores, cada macho puede cubrir hasta 60 cerdas. Así lo confirman desde Magapor, empresa aragonesa especializada en el diseño, desarrollo, fabricación y distribución de tecnología para la reprodución en porcino, que lidera el mercado internacional.

Con sus 35 años de trayectoria, la empresa ha sido testigo de la profesionalización e industrialización del sector y sus representantes confían en seguir contribuyendo a su especialización a través de la mejora continua de los procedimientos reproductivos: "En estas tres últimas décadas han evolucionado las técnicas de inseminación, el análisis seminal y la calidad de los bioconservadores seminales –explican fuentes de la empresa–. Se ha mejorado muchísimo en trazabilidad y gestión y en estos últimos años estamos viendo también la aplicación de nuevas tecnologías informáticas a nuestro sector".

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Los frutos de la investigación

La innovación tecnológica es inherente al proceso de inseminación artificial y, por tanto, es la columna vertebral de la actividad de Magapor. Tras sus productos y servicios, existe una exigente labor de investigación focalizada en los ámbitos de la biología y la ingeniería, que lo avalan como uno de los principales proveedores de tecnología del mundo en el sector porcino.

Esta apuesta se ocupa de cubrir íntegramente el proceso que se inicia con la extracción del semen de los verracos y que finaliza con la inseminación de las cerdas en las granjas de madres. Para ello, incorpora sus punteros equipos en los centros donde se alojan los sementales, en los que se aplica una altísima bioseguridad para garantizar el valor genético de los verracos y la máxima calidad de su semen. Es por ello que estas explotaciones están controladas íntegramente por sistemas informáticos, según garantizan desde Magapor, y disponen de sus propios laboratorios, donde se analizan, diluyen y envasan los eyaculados. Una vez se recogen las dosis seminales, se transportan en unas condiciones de temperatura precisas hasta las granjas de cerdas madres, donde se producirá la inseminación con sondas y catéteres.

"El último gran proyecto innovador ha sido la creación, hace un año, de nuestro laboratorio de investigación en el Centro Mixto de Investigación con Empresas (Ceminem) de la Universidad de Zaragoza –cuentan desde la empresa–. En este laboratorio estamos estudiando en profundidad todos los procesos y las células que tienen influencia en la fecundación, así como las interacciones que se van produciendo en las distintas fases del proceso. Esto nos va a permitir poner en el mercado nuevos productos diferenciadores". En definitiva, el objetivo de la innovación en Magapor es ofrecer a sus clientes productos y equipamientos punteros que faciliten sus procesos productivos.

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Sobre Magapor

Sus clientes tienen un perfil muy variado, pues proveen a las principales empresas de genética, integradoras, macroproductoras cárnicas o a los centros de inseminación más importantes de cada país: "Puede ser desde un pequeño porcicultor de Nicaragua que tiene una explotación familiar, hasta la empresa más grande de China que duplica sus censos de animales de producción cada año", indican desde Magapor. La exportación supone el 70% de su facturación anual, lo que explica que los clientes de la compañía se repartan por más de 55 países.

De cara al próximo año 2023 las metas de la compañía pasan por seguir aumentando su presencia internacional, apostando por la informática y la digitalización y evolucionando en responsabilidad medioambiental y desarrollo sostenible.