Un total de 42 publicaciones, algunas de ellas en revistas científicas del más alto nivel como Nature y Science, más de 20 presentaciones orales en conferencias, cuatro premios internacionales y una plaza permanente como científico titular en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) son algunos de los logros que ha conseguido Juan Vicente Alegre a sus 34 años.

Experto en química computacional e inteligencia artificial, se unió a la Universidad de Zaragoza en 2022 con un contrato Juan de la Cierva Incorporación. "El premio supone un honor enorme, porque sobre todo cuando eres joven y acabas de empezar en la investigación, reconocimientos así representan un empujón tremendo para tu carrera, además de una gran motivación", apunta Alegre, agregando que existe una competencia "brutal" entre los jóvenes investigadores, y que hacen falta "más oportunidades e inversión" en ciencia.

Este año Alegre inició su propio grupo independiente en el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (CSIC-Unizar). Su trabajo se centra en el descubrimiento de catalizadores y materiales de manera sostenible, con protocolos de inteligencia artificial. "Los catalizadores son muy importantes. Más de un 80% de los procesos que se generan en la industria cuentan con uno para elaborar los productos. Es una sustancia de la que añades un poco, por ejemplo, en la síntesis de un fármaco, y eso hace que los procedimientos químicos sean mucho más rápidos e incluso que funcionen, porque en ocasiones sin catalizador la reacción no se pone en marcha. Todo ello hace que esta labor sea más rentable, efectiva y sostenible", expone el químico.

Ahorro de trabajo

En el marco de la química computacional, Alegre utiliza protocolos automatizados de inteligencia artificial para hacer las reacciones con ordenador. "La ventaja es que puedes ahorrarte mucho trabajo simulando y cogiendo las moléculas más óptimas. Algo que funciona también para los fármacos, pues el programa te dice cuáles son los mejores para que trabajes con ellos, evitándote tener que probar manualmente. Es una química verde, porque permite ahorrar residuos, energía, emisiones y ser más eficiente", indica el investigador, que se marca como objetivo para su carrera tratar de que los protocolos de la química sean lo más sostenibles posible.

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