en colaboración con Clínica HLA Montpellier

La cirugía endovascular acelera la recuperación del paciente

El Dr. Eduardo Arrea, médico especialista en Cirugía Vascular y Angiología en Clínica HLA Montpellier, destaca la cirugía endovascular como una técnica para reducir la agresividad de los procedimientos quirúrgicos.

La prevalencia de aneurisma de aorta abdominal (AAA) en España en mayores de 65 años es alrededor del 3-4%.
La prevalencia de aneurisma de aorta abdominal (AAA) en España en mayores de 65 años es alrededor del 3-4%.
HLA Clínica Montpellier

Entre las patologías vasculares más frecuentes se encuentran la enfermedad venosa crónica (varices), la enfermedad arterial periférica, el linfedema y los aneurismas de arterias. Asimismo, los problemas vasculares se pueden detectar de forma efectiva mediante una consulta donde se realice una adecuada historia clínica y, si procede, una prueba de imagen como podría ser la ecografía o mediante otras pruebas no cruentas.

Respecto a los síntomas que alertan de que puede existir un problema de tipo arterial, venoso o linfático, el Dr. Eduardo Arrea, médico especialista en Cirugía Vascular y Angiología, que desarrolla su actividad junto al Dr. José Miguel Fustero en la Clínica HLA Montpellier, señala que la enfermedad arterial periférica “se caracteriza por presentar arterioesclerosis y, dependiendo de la localización, puede causar dolor en las piernas al caminar, así como un ictus, puesto que se desarrolla en las arterias carotideas”.

El área de tratamiento de eliminación de varices ha avanzado en los últimos años, logrando acortar el tiempo de recuperación posterior a la intervención mediante técnicas como la termoablación, que se puede realizar mediante láser o radiofrecuencia. “La cirugía endovascular mediante la cual se realizan los procedimientos de una forma no invasiva ha supuesto un gran avance en esta especialidad, puesto que acelera considerablemente la recuperación del paciente”, indica el especialista.

Además del diagnóstico y el tratamiento, el angiólogo y cirujano vascular tiene una labor preventiva. “El control adecuado de los factores de riesgo cardiovascular como la diabetes, la hipertensión o el colesterol es esencial para lograr evitar el progreso o desarrollo de las enfermedades vasculares. La dieta y el ejercicio centrado en mejorar la musculatura de las piernas y la movilidad promueve el retorno venoso y reduce el riesgo de padecer estas patologías”, explica el doctor.

Es muy importante acudir al especialista para realizar una valoración exhaustiva y rigurosa de los problemas vasculares, empleando la tecnología diagnóstica más adecuada. De este modo el médico planteará las estrategias terapéuticas y tratamientos más idóneos y efectivos y planificarán un seguimiento clínico de los problemas circulatorios de los pacientes. “Para valorar la enfermedad venosa se recomienda la ecografía Doppler cuando el paciente presente síntomas de insuficiencia venosa crónica, sin importar la edad. La patología de enfermedad arterial periférica a nivel de las piernas se puede detectar mediante una exploración física y la medición del índice tobillo brazo, en el que se compara la tensión arterial de las extremidades superiores con la de las extremidades inferiores”, apunta el Dr. Arrea.

Entre las enfermedades vasculares más frecuentes se encuentra el aneurisma de aorta, una dilatación anormal de las arterias que puede provocar su rotura. La rotura de un aneurisma de aorta abdominal (AAA) se explora inicialmente mediante una ecografía en la cual se miden los diámetros de la aorta y es fundamental el diagnóstico precoz para poder tratarlos de forma efectiva. Según las nuevas guías de la Sociedad Europea de Cirugía Vascular el screening de aneurisma de aorta abdominal se debería de realizar en todos los pacientes varones mayores de 65 años y en mujeres y hombres mayores de 50 años con un familiar de primer grado con aneurisma de aorta abdominal.

Existen diversos factores de riesgo para el desarrollo de esta patología, entre otros la edad, el tabaquismo, tener un familiar de primer grado con AAA o tener historia de enfermedad coronaria, cerebrovascular, hipercolesterolemia, obesidad o hipertensión. Respecto al tratamiento, este depende del tamaño y la ubicación del aneurisma, además de la edad y del estado general de salud del paciente. El objetivo es prevenir la rotura del aneurisma, y dicho tratamiento puede incluir el control médico para determinar si el aneurisma crece y llega a diámetros quirúrgicos indicando la cirugía. La cirugía se puede realizar mediante cirugía endovascular o cirugía abierta, siendo la recuperación más rápida en el tratamiento endovascular.

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