¿Cómo valora la década de vida que acaba de cumplir el Aeropuerto de Teruel?

Muy positiva para Teruel y para Aragón. Sirve para demostrar que la colaboración de las instituciones es muy beneficiosa para el conjunto de la ciudadanía. El Consorcio del Aeropuerto de Teruel, formado por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Teruel, funciona con lealtad, con ánimo constructivo y cuenta con el apoyo del fondo FITE. Esta década ha servido también para demostrar que en política hay que innovar para avanzar y tomar decisiones importantes confiando en que saldrán bien.

¿Se han cumplido los objetivos que se marcaron para esta infraestructura?

Los primeros objetivos se cumplieron en un periodo de tiempo muy corto. Lo interesante de estos diez años es comprobar cómo se ha ido evolucionando, cómo se ha sido capaz de ampliar la visión inicial, entender las nuevas necesidades en materia aeronáutica e integrarlas en el espacio disponible.

¿Qué elementos hacen que sea una de las construcciones de este tipo más destacadas del país?

La capacidad de adaptarnos a las necesidades del sector. La gestión pública del Aeropuerto de Teruel es una herramienta muy útil para favorecer su crecimiento. Invertimos para crear nuevas infraestructuras: hangares, naves de logística, pistas pavimentadas… que luego sacamos a concesión para que la empresas se instalen, generen empleo y vayan devolviendo la inversión con un canon anual.

¿Las características de Teruel, con un clima seco que favorece las condiciones de almacenamiento, influyen en el importante lugar que ocupa?

Las condiciones del clima fueron un factor determinante para que se instalase Tarmac y desarrollase la actividad de almacenamiento, también otras variables como la ausencia de servidumbres del espacio aéreo, la orografía y el cariño y apoyo de la población turolense hacia esta infraestructura. El sector está en crecimiento y acabamos de aprobar un PIGA que servirá para aumentar en 195 hectáreas la superficie disponible. Contar con esta posibilidad de desarrollo también es fundamental para afianzar la actividad que se lleva a cabo.

¿Qué datos reflejan la importancia que tiene el aeropuerto para Aragón?

Uno de los más importantes es el empleo. Con 360 personas trabajando directamente en las empresas y con un empleo indirecto de compañías de la zona. La puesta en marcha de nuevas actividades permitirá duplicar esta cifra en muy pocos años, lo que supone arraigar población y generar oportunidades. Además, el Aeropuerto de Teruel pone también a Aragón en el mapa como un lugar en el que se desarrolla la industria aeronáutica y se apuesta por la I+D+i y eso es un refuerzo muy positivo.

En febrero, el Consorcio sacó a licitación la concesión para el uso del nuevo hangar con capacidad para dos A-380, lo que lo convertirá en el más grande de España. ¿Qué expectativas tienen sobre este proyecto?

Cuando se ponga en marcha esta instalación se generarán unos 150 puestos de trabajo más, pero, además, hacemos que las instalaciones del Aeropuerto de Teruel sean más competitivas y permitimos que se realice más volumen de trabajo. En definitiva, cada edificio que ponemos en marcha consolida el proyecto.

¿Qué otras iniciativas destacadas están en marcha en este sentido?

El desarrollo de la tecnología y fabricación de drones va a ocupar un espacio muy importante en el futuro. Estamos preparando ya una zona, en las antiguas casas, para el desarrollo de esta línea de trabajo. Además, se ha adjudicado ya el hangar de pintura, que supone la llegada de una nueva empresa y completar el ciclo de actividades desarrolladas con el mantenimiento de aeronaves. Hay proyectos para dirigibles, otra de las tecnologías que serán claves en un tiempo, y, por supuesto, contamos con PLD Space y su banco de ensayo de motores de cohetes.

Precisamente, hace unos días se supo que el primer cohete español, el Miura 1, cuyos motores han sido ensayados en las instalaciones que PLD Space tiene en el aeropuerto, está ya listo para ser lanzado al espacio. ¿Cómo valora esta acción?

La colaboración con esta empresa, como con las demás, es muy estrecha. Nos alegramos mucho del crecimiento que han tenido en los últimos años y estamos muy atentos a las necesidades que tienen para seguir acompañando su éxito.

Por otro lado, a principios de este año el consorcio y la Aragón Film Commission firmaron un convenio de colaboración para atraer rodajes de películas y producciones de ficción al complejo. ¿Cuál es el impacto que podrían tener en el territorio?

La firma del convenio se enmarca dentro de la colaboración con instituciones a la que me refería antes. El objetivo es pensar qué actividades se pueden realizar, compatibles con el uso principal del Aeropuerto de Teruel, para dinamizar esta infraestructura. Las producciones audiovisuales generan un impacto económico muy importante durante los rodajes. Ocurre algo parecido con los aerotaxis. En 2020, logramos la autorización para que operen aviones de hasta 19 pasajeros. O con el uso de las instalaciones por parte de las escuelas de vuelo. Sin ser actividades principales, sí suponen impactos positivos que suman al desarrollo económico de Teruel.

¿Qué futuro le augura al aeropuerto?

El futuro para este aeropuerto es muy bueno. Hace ocho años, cuando llegué como presidente del Consorcio, no podía imaginar que, a día de hoy, estaríamos duplicando la superficie de las instalaciones. El crecimiento será exponencial porque intuimos las oportunidades que existen en mundo aeronáutico y vamos a intentar captarlas, darles un espacio y que se instalen.