Una gran responsabilidad y un gran compromiso siente Jemma Markham, creadora de La Torre del Visco, tras haber recibido el galardón a la Empresa más Sostenible en el Ámbito de la Gastronomía en la IX edición de los Premios Con Mucho Gusto. "Estamos muy agradecidos por el reconocimiento a un proyecto que lleva ya 30 años inspirado por el concepto de sostenibilidad, antes de que estuviera de moda", apunta sobre un premio que está patrocinado por Coca-Cola.

El camino emprendido hace tres décadas es el de un proyecto integral de finca ecológica que cuenta con una plantación de 2.000 olivos y grandes huertos. En la misma, hay un hotel de lujo y un restaurante con la garantía de calidad de ser el único miembro en Aragón de la asociación Relais & Châteaux, desde el año 2000.

"Desde nuestros comienzos hemos intentado fomentar la economía circular", señala Markham. Este compromiso les ha supuesto un esfuerzo en inversiones y horas de trabajo. Cuentan con una instalación solar, utilizan un vehículo 100% eléctrico para los desplazamientos diarios de la empresa "que está a 12 kilómetros del pueblo más cercano", reciclan los residuos, inculcan al personal buenas prácticas de ahorro de luz y agua, y llevan a cabo medidas para la reducción del uso de plásticos, entre otras acciones.

El viaje gastronómico del restaurante La Torre del Visco empieza en el huerto, situado plenamente a la vista. "Si quieren, pueden bajar a visitarlo con un experto guía en el cultivo ecológico, nuestro maestro hortelano Esteve. Lo que ven es lo que van a disfrutar en los menús degustación Artigas y Vía Verde", comenta la fundadora. Estos menús, y el resto de creaciones del restaurante, son elaborados por unos profesionales para quienes esta británica solo tiene buenas palabras.

Orgullo de equipo y de territorio

"Pocos restaurantes cuentan con un chef como el nuestro, Rubén Catalán, quien, junto con su equipo, tiene la imaginación y versatilidad para cambiar menús todos los días creando platos que aprovechan la cosecha de nuestro huerto ecológico y los productores locales", señala Markham. "Reciben el apoyo de los trabajadores de la sala para trasmitir a los clientes esta pasión por la gastronomía verdaderamente sostenible que se extiende a la recomendación de vinos, sobre todo, naturales para acompañar los platos", afirma quien dice sentirse privilegiada de vivir en el Matarraña.