Si hay un aspecto que toda empresa debe cuidar para mantenerse en el tiempo, ese es la innovación, ya que al mismo tiempo que la sociedad evoluciona, deben hacerlo las organizaciones, adaptándose e incluso adelantándose a las nuevas necesidades que van surgiendo.

Así lo señalan desde Ibercaja, que consciente de cómo van a evolucionar las empresas en los próximos años, ha elaborado un cuestionario para conocer cuál es la realidad de las empresas y en qué aspectos pueden mejorar, de acuerdo a las seis palancas de cambio que garantizan el éxito y la viabilidad de cualquier empresa: la innovación, la digitalización, la sostenibilidad, la transformación cultural, la diversidad y el emprendimiento.

Para esta entidad, “innovar es utilizar el conocimiento y el talento para mejorar el mundo, para hacer avanzar a la sociedad, los negocios y el planeta. Y lo más importante, la innovación se puede activar y acelerar”. Para ello, los mayores activos son el conocimiento compartido, que democratiza el acceso a la información; y la colaboración, que permite valorar más aspectos y avanzar más rápido hacia un destino común.

Cómo aplicarla a la empresa

Para convertir la innovación en un aspecto relevante de la empresa, esta debe plantearse si hay una cultura intrínseca que potencie el descubrimiento y la curiosidad, si existe una estrategia y un modelo de negocio único y relevante o si existe confianza y espacios dentro de la organización para exponer y compartir ideas y propuestas.

Una vez analizada la situación, existen algunas disciplinas y metodologías de trabajo que pueden ayudar a evolucionar en este aspecto, como son las metodologías Agile, los ecosistemas como herramienta competitiva o las organizaciones exponenciales.