Su voz, que tantos reconocimientos y aplausos ha provocado en sus más de 25 años de trayectoria, se quiebra unas milésimas de segundo cuando le preguntan qué supone para él recibir un reconocimiento conjunto con Beatriz Bernad por su trayectoria profesional, siempre con la jota como estandarte.

Un Premio de la Música que le ha supuesto un "shock" a la vez que le hace "muchísima ilusión porque es la primera vez que recibimos Beatriz y yo un premio juntos. Estamos muy felices y es una gran satisfacción porque llevamos como pareja artística 27 años".

Toda una vida para este enamorado de la jota que, desde su más tierna infancia, ya destacaba su portentosa voz, que fue educando gracias a los mejores profesores, como Olga Recaj y Jesús Gracia, el maestro que le presentó a Beatriz.  "Los dos éramos discípulos de Jesús Gracia, pero inicialmente apenas coincidíamos porque él tenía la costumbre impartir clases totalmente individualizadas. Fue con motivo del 50 aniversario del Primer Premio de Jesús Gracia en el Certamen Oficial de Jota, cuando quiso que Beatriz y yo actuáramos juntos y, desde entonces, no hemos dejado de hacerlo", recuerda Nacho del Río, quien asegura que "Beatriz es la mejor compañera de viaje que he podido tener en la jota. Es mi gran amiga y una de las mejores voces de todos los tiempos".

Con sus voces inconfundibles, juntos han logrado que la jota se haga un hueco importante entre el público del siglo XXI, gracias a sus espectáculos, en los que siempre cuelgan el cartel de no hay billetes. "El balance de estos años de trayectoria es muy positivo. Hemos sido muy privilegiados de poder divulgar la jota y actuar en sitios donde hace 25 años era imposible pensar que la jota pudiera hacerlo. Lo hemos hecho con mucho esfuerzo y estudio, siempre con los grandes maestros de finales del siglo XIX y XX en nuestra cabeza. Revindicando su figura. No ha sido un camino fácil, pero sí muy ilusionante, en el que hemos gozado del reconocimiento y cariño del público que viene a vernos".

Y dentro de este reconocimiento, Nacho del Río no puede ocultar su orgullo por el hecho de que la jota haya sido nominada como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad. "Ojalá lo logremos en 2024, pero mientras tanto queda mucho por hacer. Si lo conseguimos será un espaldarazo y todo un reconocimiento a las decenas de personas que durante tantísimo tiempo han trabajado por y para la jota".