Para Javier Remírez de Ganuza, ‘Remy’, reinterpretar la obra de Goya le ha permitido hacer "un guiño personal al maestro". "Era un reto con cierta responsabilidad implícita pero también con laxitud ante un imposible, ya que el tiempo para realizar la obra era limitado y trabajar fuera del estudio y en directo añade dificultad", explica el artista, quien señala también que lo más gratificante de esta singular jornada de trabajo –la del pasado 18 de septiembre, en la plaza del Pilar, donde todavía se encuentran las obras reinterpretadas– "fue poder compartirla con el resto de los compañeros".

En el nuevo retrato del rey Carlos IV, realizado con pinturas y ‘sprays’ al agua convergiendo en la imagen, el artista confiesa que intentó, con la obra de Goya como excusa, "hacer algo que a mí me represente". "Con la estructura sólida del retrato como base, fui llenando de vaporosos y aéreos trazos y pinceladas la obra, buscando así el contraste con la composición", relata el artista en referencia al proceso que llevo a cabo en su creación. "También he procurado alejarme del tenebrismo, sin incorporar el negro y sí el blanco de fondo del soporte con colores puros y luminosos", añade.

  

obra original: ‘Retrato del
rey Carlos IV’

Pintado en 1789, el óleo sobre lienzo (152 x 110 cm) está en el Museo de Zaragoza, cedido por el Museo del Prado. Goya, que profesaba afecto sincero por el rey, lo pintó aquí en tamaño natural, de rodillas para arriba y de tres cuartos, destacada su cabeza sobre el fondo, con expresión serena y apacible. Junto al rico atuendo, a la moda de Francia, lleva espada y luce como condecoraciones el collar y la banda roja del Toisón de Oro, la banda azul de la francesa Orden del Espíritu Santo y las insignias de la Orden de Carlos III. La corona y el manto de armiño, símbolos de la realeza, se ven en segundo plano.

Javier Remírez de Ganuza, 'Remy'

La obra de ‘Remy’, Javier Remírez de Ganuza (Logroño), fluye entre la figuración y la abstracción, ambas corrientes con el expresionismo como común denominador. La figuración en su trabajo es cercana al informalismo y contiene signos y símbolos primitivos que apoyan y contextualizan las figuras. En su última etapa desaparece lo figurativo y opera en el lenguaje de la abstracción, donde ritmo, repetición y automatismos conectan con su subconsciente. Estos aspectos son los puntos de partida para situarse en un estado mental meditativo. La energía contenida en las obras se convierte en un mantra para sumergir al espectador en ellas.
Próximamente, el artista inaugurará una exposición colectiva en el centro Joaquín Roncal y otra en Espacio Tiempo, junto a Charo Costa y Masaya Eguchi. Espacio Tiempo es un proyecto personal que arrancó en 2019, "un contenedor para la creación contemporánea que pretende albergar proyectos de autor. Es un punto de encuentro versátil y vanguardista, abierto a todos", describe Remírez.

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- Si te ha gustado esta reinterpretación, no te pierdas las que han hecho los otros nueve artistas que han participado en esta iniciativa para conmemorar el 275 aniversario del nacimiento de Goya. Se irán publicando aquí en los próximos días.

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