La artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa que se caracteriza por un progresivo desgaste en el cartílago, ocasionando una disminución de la protección de los huesos que conforman la articulación. La artrosis de rodilla la sufre generalmente la población mayor de 50 años y con más incidencia en mujeres que en hombres, también pueden padecerla pacientes más jóvenes pero en estos casos suele ir asociada a lesiones previas en la rodilla, otros factores a tener en cuenta que pueden desencadenar artrosis en la rodilla son la obesidad y el sobrepeso, la genética también es importante, ya que hay personas más propensas que otras a padecer esta enfermedad.

La rodilla es una de las articulaciones que soportan el peso del cuerpo. Por eso la llamamos articulación de carga y es mucho más frecuente padecer artrosis de rodilla que en el resto de articulaciones.  

Normalmente la artrosis de rodilla va progresando lentamente y su síntoma principal es el dolor. Al principio este dolor es leve y suele ceder cuando el paciente hace reposo, pero, al ser una enfermedad degenerativa, la progresión de la enfermedad ocasiona que el dolor se vaya acentuando con el tiempo, acompañado de otros síntomas como la rigidez y la dificultad de movimiento. También se puede notar una sensación de chasquido al flexionar la rodilla, y, al hacer  algún esfuerzo mayor al habitual, puede incluso producirse un derrame con la consiguiente inflamación de la rodilla.

Grandes avances médicos

La Medicina Regenerativa utiliza los propios recursos del cuerpo para regenerar y solucionar enfermedades. Se dispone ya de tratamientos muy efectivos y eficaces en el campo de la traumatología. En Clínicas Cres son pioneros y expertos en este tipo de tratamientos y cuentan con años de experiencia y profesionales muy cualificados en la implantación de estas nuevas terapias.

La doctora Elena Guallar, profesional experta en Medicina Regenerativa traumatológica de la clínica Cres de Zaragoza, explica cómo son estos tratamientos. “ Son técnicas muy seguras y eficaces que en un número elevado de casos logran detener la degeneración del cartílago, pudiendo, en muchos casos, llegar a regenerarlo por completo si la enfermedad no está muy avanzada. De ahí la importancia de un diagnóstico temprano y certero”, afirma.

“No tienen importantes efectos secundarios adversos ni rechazos, ya que utilizamos material biológico del propio paciente. Además, no precisan cirugía ni hospitalización y se efectúan de forma ambulatoria lo que repercute muy favorablemente en una recuperación más rápida que con técnicas más convencionales”, asegura.

Para que estas nuevas técnicas sean realmente efectivas es de vital importancia que sean realizadas por profesionales médicos expertos en medicina regenerativa, ya que aunque no sea un tratamiento traumático si es muy necesaria una gran experiencia en su realización.