El ‘big data’, más conocido como macrodatos o inteligencia de datos, alude a un conjunto de datos que, por su volumen, variedad y velocidad a la que necesitan ser procesados, supera las capacidades de los sistemas informáticos habituales. La aplicación de estos grandes datos a la logística puede resolver uno de los retos actuales más complejos: encontrar un modelo de transporte más eficiente y sostenible.

Si bien es cierto que la aplicación de la ciencia de datos tiene algunos límites y riesgos relacionados con la ciberseguridad o la complejidad del enorme volumen de información con el que se trabaja, permite a las empresas identificar nuevas oportunidades de negocio a partir de revelar tendencias, patrones o asociaciones en su modo de trabajar.

Ventajas

El uso del ‘big data’ en el día a día del sector del transporte permite diversas posibilidades como mejorar la planificación de rutas y gestión del tráfico, sorteando su congestión, a partir del control absoluto de los tiempos; reducir y optimizar los costes de flota; análisis de los hábitos de conducción de los trabajadores, pudiendo ahorrar así en combustible o gastos de mantenimiento; disminuir el impacto ambiental; y aumentar la eficiencia del márquetin y de las ventas mediante la segmentación avanzada de los consumidores.

En definitiva, toda la información recopilada hará posible un conocimiento más profundo del cliente para identificar sus necesidades concretas y, de esta forma, ofrecer un mejor servicio ajustando los costes y siendo más eficientes y rentables.

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