"Con cierta lástima por tener que retirarme, pero a la vez con ilusión por ver cómo la gente se ha volcado desde que lo anuncié. Ha sido muy gratificante". Así resume Miguel Ángel Lahoz, dueño de la tienda de indumentaria tradicional aragonesa El Bancal, cómo está viviendo esta atípica semana del Pilar, que será su última en activo tras 34 años al frente de este gran referente del sector.

Lahoz se jubilará el próximo año y, como broche de oro a su trayectoria, ofrece descuentos de hasta el 50% en sus productos de alta costura y sastrería. "Nuestros clientes son ya amigos porque, en ese proceso de verlos y saber lo que necesitan, acabas estrechando la relación. Lo nuestro no es venir y comprar el traje. No hay nada hecho de primeras. Hay que decir qué material se quiere, elegir el traje, probárselo, arreglarlo… Por eso algunos de los pedidos que damos ahora se empezaron a encargar hace tres o cuatro meses", explica el responsable del establecimiento, quien indica que recogerán sus últimos encargos de confección entre el 14 y el 29 de octubre.

Tras toda una vida dedicada a la investigación y recuperación de la indumentaria tradicional aragonesa, Lahoz hace balance de una carrera de la que se muestra satisfecho: "Ha sido muy buena. Porque estar en la tienda ha sido trabajar en lo que me gusta. Fue muy bien acogida en su día, porque no había otra de la que pudieses salir con todo hecho de arriba a abajo y de la forma en la que trabajábamos", explica.

Editores de tejidos

En El Bancal tejen siempre piezas antiguas, reproduciendo dibujos propios y exclusivos de cada época, de manera que son lo que se conoce en el ámbito como editores de tejidos, algo que no es muy habitual en el sector. Así, confeccionan copias de los trajes burgueses de dos épocas: el siglo XVIII, que, en el caso de la indumentaria popular lleva casi hasta la mitad del siglo XIX, y del XIX hasta principios del XX. Asimismo, también hacen los trajes que cientos de aragoneses lucen en citas como la Ofrenda de Flores, el Rosario de Cristal, el Día de la Faldeta de Fraga o el Traje Típico Ansotano, además de festivales de jota y otras fechas y fiestas populares del territorio.

Precisamente, los trabajos para elaborar la indumentaria para la ofrenda, que este año se celebrará en formato reducido, constituye uno de sus periodos de mayor actividad. "Hay mucha gente que no va a poder hacerla, pero muchas personas se han lanzado y hemos tenido una cantidad importante de pedidos", apunta Lahoz, quien cerrará la persiana tras 45 años dedicado a su gran pasión.