Información elaborada con fundación rey ardid

Edificios pasivos o el bienestar de los residentes

Las ‘passiv haus’, un tipo de construcción en auge en todo el mundo, permiten un consumo energético casi nulo gracias a una serie de principios relacionados con el aislamiento, la estanqueidad o la eliminación de los puentes térmicos.

Edificios pasivos como el de la Fundación Rey Ardid permiten que el autoconsumo alcance el 90%.
Edificios pasivos como el de la Fundación Rey Ardid permiten que el autoconsumo alcance el 90%.

La preocupación por la eficiencia energética y la sostenibilidad está creciendo cada vez más en la sociedad. En plena era del cambio climático, ciudadanos, arquitectos, constructores y responsables de empresas y entidades están teniendo estas cuestiones muy en cuenta a la hora de llevar a cabo nuevas construcciones.

Por todo ello, el concepto de ‘casas pasivas’, edificios con un consumo casi nulo que se construyen siguiendo unos principios relacionados con el aislamiento, la estanqueidad, la eliminación de los puentes térmicos o la recuperación del calor, está cosechando un éxito notable en España. 

Ejemplo de esta tendencia en auge es la nueva residencia de la Fundación Rey Ardid en Rosales del Canal, uno de los pocos centros de este tipo con la certificación ‘passiv haus’ en el país y cuyo abastecimiento se produce a través de "una serie de paneles híbridos que producen a la vez energía eléctrica y agua caliente sanitaria además de otro conjunto de paneles fotovoltaicos que llevarán a que a final de año se roce entre el 85% y el 90% del autoconsumo y que la energía que se utilice sea toda renovable", explica José Ramón Diago, director de ejecución del proyecto.

El arquitecto técnico apunta que los trabajos necesarios para lograr esta distinción son intensos, pues "el procedimiento es complejo y hay que estar muy pendiente". Asimismo, el profesional destaca que ‘passiv haus’ no es solo que el edificio sea eficiente o de consumo casi nulo, sino que sea "mucho más saludable" que la mayoría de los convencionales por cuestiones como su ventilación mecánica controlada, que hace que todo el aire que se respire pase por un recuperador de calor que tiene varios filtros que se van cambiando, lo que a su vez es muy beneficioso para las personas que tienen alergias o problemas de asma y también para evitar contagios del coronavirus.

En cuanto a otro de los grandes beneficios para los residentes de estos edificios, Diago destaca el excelente aislamiento térmico con el que cuenta, para el que "se utilizan unas ventanas que disponen de tres vidrios que incluyen gas argón y que permiten que las diferencias térmicas que se dan en el inmueble sean mínimas". Una característica ideal para las personas de la tercera edad.

El profesional subraya la importancia de que se siga apostando por este tipo de construcciones. "El cambio climático y la mejora del CO2 que permiten es brutal. Estamos hablando de que puede llegar a ser un edificio que no consuma este gas. Si todos fueran ‘passiv haus’ bajaríamos el consumo un 37%, lo que sería fundamental para combatir los efectos negativos de este fenómeno", concluye Diago.

- Ir al especial 'Residencia Rey Ardid Rosales'.

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